Categories

Archivos

“Dios no podía estar en todas partes, así que creo a las madres”. – Proverbio Judío

Matutina de Adolescentes

«Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre»

Proverbios 6:20

Al acercarnos al Día de la Madre,* siento que deberíamos dedicar un momento a reconocer a Arturo S. Maxwell. Aunque no es una madre, hizo más que cualquier persona desde Moisés para persuadirnos de honrar a nuestras madres.

Él es el autor de Las bellas historias de la Biblia y de otra serie de libros de historias para niños. En estas historias, los pequeños Bobby o Susana desobedecían a sus madres y, entonces, ¡pum!, les pasaba algo malo. La testarudez de Susana terminaba con su nuevo reloj arruinado, o la conducta brusca de Bobby hacía que el pueblo fuera atacado por abejas asesinas.

Nuestros padres nos leían las historias antes de dormir y, así nos impresionaban con el mensaje de que, si desobedecíamos a nuestras madres, quedaríamos enterrados bajo una montaña de frascos de mermelada, como le pasó al pequeño Jimmy cuando trató de tomar a escondidas un postre prohibido.

¿Funcionaba? En realidad, no.

No podemos negar que las madres son muy sabias y experimentadas en cada aspecto de la vida, incluyendo el amor, la política y la eliminación de manchas. Entonces, ¿por qué no escuchamos? Al contrario, escuchamos a nuestros amigos, que se ríen de nosotros cuando nos caemos y lastimamos.

La única vez que prestamos atención a mamá es cuando estamos en problemas. La ignoramos cuando nos dice que no corramos con un palo afilado por la casa, pero contamos con su atención indivisa cuando necesitamos ayuda para sacarle el palo incrustado a nuestro hermano menor.

Creo que Dios debe sentir simpatía por las madres. Él es mayor y más sabio que todos, y aun así le prestamos poca atención. Busca en la Biblia, y verás todas esas historias que se parecen a las de Arturo Maxwell. Jonás desobedece a Dios, y termina como merienda de un gran pez. Sansón ignora a Dios, y termina como una piñata en una fiesta filistea.

Entonces, ¿cuándo escucharemos? Cuando confiemos más en Dios que en nosotros mismos. A veces, necesitamos abrirnos paso entre los frascos de mermelada antes de que eso suceda… antes de escuchar la voz de quien más nos ama.

* N. de la E.: El Día de la Madre se celebra en diferentes fechas del año, según cada país.