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“Al rey en su trono no incumbe una obra superior a la de la madre”. – Elena G. de White

Matutina de Adolescentes

«Sus hijos se levantan y la felicitan; también su esposo la alaba: Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú las superas a todas»

Proverbios. 31:28, 29

Solo quiero recordarte que llegó el Día de la Madre, el día en que honramos a las madres por hacer su mayor contribución a la sociedad: nosotros. Si alguien es responsable de nuestra existencia, lo menos que podemos hacer es comprarle una tarjeta. Aquí hay algunas otras ideas para hacer que su día sea especial:

Sírvele el desayuno en la cama: quizá lo mejor de mantener a mamá en la cama es que no puede ver lo que estás haciendo en la cocina.

Reduce su culpa: las madres a menudo temen que, al criar a sus hijos, estén cometiendo errores que los deformarán de por vida. Hazla sentir mejor diciéndole que ya estás deforme por otras razones. Yo le recuerdo a mi madre todas las veces en que me caí de la bicicleta antes de que los cascos se hicieran famosos.

Entierra el dolor del pasado: a mí me criaron en la era dorada de las palizas. Las maestras hacían agujeros en largas varillas de madera para reducir la resistencia del viento y las llamaban «Las pequeñas ayudantes de la maestra». Y las mamás encontraban cien maneras creativas de dar palizas: con matamoscas, pantuflas, revistas y cualquier otra cosa que tuvieran a mano para evitar que creciéramos mimados. Mi amiga Cassandra dice que su madre usaba tan seguido una cuchara de madera para pegarle en el trasero que ella no sabía que su madre la usaba para cocinar. Así que hoy puedes decirle a tu mamá que eres una mejor persona gracias a su «disciplina creativa».

Deja que tu madre presuma de ti: recuérdale a mamá tus logros recientes. Cuéntale sobre tu puntaje alto en Candy Crush. Una madre se regocijará contigo aún por tus pequeñas victorias.

Esto, me imagino, es semejante a la actitud de Dios. Él se regocija con cada paso que damos en nuestra experiencia cristiana. Sin embargo, esto no es motivo para enorgullecernos y pensar que le estamos devolviendo todo lo que él ha hecho por nosotros.

Es como el Día de la Madre. Hay algunas cositas que podemos hacer para mostrar nuestro aprecio; pero, al final del día, seguimos siendo hijos agradecidos y en deuda.