«Seis días se trabajará, pero el día séptimo os será santo, día de descanso para Jehová; cualquiera que haga en el algún trabajo, morirá»
Éxodo 35:2
Un joven de 29 años, trabajador en el departamento de embalaje de una gran empresa de periódicos japonesa, falleció súbitamente en su puesto de trabajo como consecuencia de un ataque al corazón. El hecho, ocurrido en 1969, fue atribuido al cansancio y agotamiento físico y psicológico producido por el exceso de trabajo de los últimos meses de su vida.
Se trata del primer caso conocido de karoshi, que en japonés significa “muerte por exceso de trabajo, y describe el fallecimiento por derrames cerebrales o ataques cardíacos, que puede ocurrir en personas que han realizado más de ochenta horas de trabajo adicional al mes.
Todos hemos escuchado decir que «el trabajo es salud», pero ¿será que cuanto más trabajamos más salud obtendremos? En una sociedad en la que se valora la producción y el rendimiento, las personas que trabajan exageradamente suelen ser admiradas. Sin embargo, el desgaste producido por el estrés crónico laboral tiene una importante relación con los problemas de salud.
La tensión, presión o ansiedad que caracterizan muchas veces el trabajo pueden desencadenar problemas físicos como gastritis, tensión muscular, espasmos, dolores de cabeza, falta de energía, insomnio, entre otros; y en condiciones extremas, puede culminar en karoshi. En pocas palabras, el trabajo en exceso destruye la salud y la vida.
Para proteger la salud contra este pernicioso exceso necesitamos aplicar, primeramente, la regla de la temperancia. Si se trabaja de manera responsable durante el día, las horas de la noche debieran ocuparse para descansar y disfrutar con los seres queridos.
Diariamente necesitamos dormir entre seis y ocho horas en un lugar oscuro y ocupando preferentemente las primeras horas de la noche, de esa manera favoreceremos la secreción de melatonina, una neurohormona que de forma natural segrega el organismo y que contribuye con un sueño reparador, previene dolores de cabeza, depresión, síndrome de fatiga crónica y retarda varias enfermedades asociadas con el envejecimiento.
Por otro lado, en la cita bíblica de hoy, Dios expresa un mandato acerca del trabajo y del descanso semanal. «Seis días se trabajará, pero el día séptimo os será santo, día de descanso para Jehová». ¿Puedes imaginar un día para desconectarte de la tensión laboral, elevar tus oraciones a Dios y escuchar su voz sin apuros?
¿Un día para disfrutar con tus amados, confiando que todos tus asuntos están en las manos de tu Creador? Procura organizar tus tiempos para seguir las instrucciones de Dios en este sentido. Con toda seguridad, obtendrás grandes beneficios en lo físico, mental, social y espiritual.