Porque Dios, teniéndonos en cuenta a nosotros, había dispuesto algo mejor.
Hebreos 11: 40
En todas las épocas Dios ha tenido un pueblo que ha confiado en él y ha esperado en su providencia. Esa espera ha requerido fe. En el capítulo 11 de Hebreos encontramos la galería de hombres y mujeres que esperaron en Dios y, por eso, vivieron grandes vidas y fueron testigos de grandes hazañas. Cuando miro hacia atrás, al inicio de mi vida cristiana, no puedo más que postrarme ante el Dios proveedor, ya que cuando salí de mi hogar por causa del evangelio me proveyó de una familia, de un hogar, de recursos para estudiar, de una carrera universitaria pagada por personas que nunca he conocido, de una esposa, de cuatro hijas, de una nieta, de salud, de fuerza y de un corazón dispuesto para hacer su voluntad aún en asuntos difíciles.
Pero además de la gratitud que tengo por el pasado, también sé que Dios siempre deja lo mejor para el final. Esas personas del gran capítulo de la fe de Hebreos también lo sabían. Eso es lo que dice el pasaje de hoy. Dios tiene reservado para nosotros algo mejor. Ese «algo mejor» lo recibiremos junto con ellos.
Se cuenta que una ancianita, que había sido cristiana durante toda su vida, cayó gravemente enferma. Cuando su pastor fue a visitarla ella le pidió que durante su sepelio, colocaran un tenedor pequeño en sus manos, mientras estuviera en el féretro, y que la enterraran con dicho tenedor. Curioso, el pastor le preguntó por qué.
—Una vez fui a cenar a un restaurante muy costoso, de esos en los que solo el plato es grande. Cuando terminamos de comer el plato fuerte y el mesero pasó a retirar la vajilla, una amiga me dijo: «Quédate con tu tenedor, porque lo mejor viene al final». Por eso, pastor, cuando usted predique en mi funeral y la gente pregunte por el tenedor, usted les dirá que estoy esperando mi postre, lo mejor, que Cristo me dará en la Segunda Venida.
Apreciado joven y señorita que me lees, no sé cómo está tu vida hoy, pero sí puedo asegurarte que lo mejor está por venir, tu postre vendrá. Tal vez no hoy, ni mañana, de hecho, no vendrá en esta vida, pero Jesús te lo dará en el reino de los cielos. @Dios te dice al iniciar este día: «Sal a enfrentar la vida con fe, sabiendo que lo mejor está por venir».