Ámense sinceramente unos a otros. Aborrezcan lo malo y apéguense a lo bueno.
Romanos 12: 9
Materiales:
- Lápiz y hoja de papel.
Mira la lámina que mamá te va a enseñar. Hay niños jugando, ¿verdad? Ahora mira esta otra. El niño ha dejado a su amigo solo y se ha ido a jugar con otros. ¿Te parece correcto lo que hizo? Eso es lo que hizo Pedro.
Pedro era judío y conocía a muchas personas de diferentes países. A esas personas que eran extranjeras, Pedro las llamaban «gentiles».
A Pedro le gustaba comer y hacer obra misionera con ellos. Pero cuando venían sus amigos judíos, se alejaba Láminas de niños jugando de los gentiles y no hablaba con ellos, porque los judíos no querían a los gentiles.
Pablo se dio cuenta de que Pedro no estaba siendo sincero. Por esa razón, se acercó a él y le dijo que no actuaba correctamente. Debía tratar a todas las personas con amor sincero. Pedro aceptó el consejo y aprendió a ser un amigo sincero de todas las personas.
Jesús quiere que aceptes a las personas como son, y las trates con sinceridad. Por ejemplo, si te gusta jugar con todos los niños, aunque sean diferentes a ti, debes hacerlo, a pesar de que otros niños te digan que no juegues con ellos. Incluso aunque alguien se pueda burlar de ti por tratar bien a todo el mundo. En realidad les estás enseñando algo muy valioso.
Querido Dios, ayúdame a mostrar amor sincero hacia los demás.
Actividad: Escribe cosas que puedes hacer para mostrar un amor sincero.