Vengan a las puertas y a los atrios de su templo con himnos de alabanza y gratitud. ¡Denle gracias, bendigan su nombre!
Salmo 100: 4.
Materiales:
- Biblia, papel y lápiz.
Salmo 100: 4
¿Te gusta cantar canciones? ¿Y recitar poemas? ¿Puedes cantarme tu canción favorita? ¡Cantas muy bien! ¿Sabes? Cantar una canción o recitar un poema que hablen de Dios es una forma de alabarlo y de agradecerle lo que hace por ti.
Mira por la ventana. ¿Puedes escuchar algún pajarito cantar? Ellos también alaban a Dios con sus cantos; es su forma de darle gracias porque los cuida.
Este es David. Mientras David cuidaba las ovejas de su padre, cantaba canciones de gratitud a Dios. Al tiempo que cantaba, tocaba el arpa, ese instrumento que tiene en la mano.
A David le gustaba componer canciones de gratitud a Dios. Vamos a disfrutar de algunas de esas canciones que escribió el salmista.
Con ayuda de mamá, busquemos en la Biblia el Salmo 100: 4. Vamos a leerlo. Otra de las canciones de David es el Salmo 107: 8, 9; nos motiva a cantar por todo lo que Dios nos da. Y el Salmo 136: 1 nos invita a ser agradecidos.
¡Qué lindo es cantar alabanzas de gratitud a Dios! Cuando lo haces, tu corazón se llena de alegría; y también el de Dios.
Querido Jesús, ayúdame a alabar siempre tu nombre.
Actividad: Con ayuda, escribe un canto o un poema de gratitud a Dios. Preséntalo en la Escuela Sabática.