Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Lucas 22:42
Uno de los animales más fuertes del mundo es el escarabajo. ¡Así es! El escarabajo puede transportar 1.141 veces su propio peso. ¿Sabes lo que eso significa? Es como si una persona pudiera cargar, de una vez, el equivalente a doce autobuses.
¿Te sudó la frente solo de pensarlo? Brian Shaw, considerado uno de los hombres más fuertes del mundo, logró hacer él solo la proeza de levantar una piedra de 254 kilogramos.
A pesar de las increíbles habilidades del escarabajo y de Brian, nunca serían capaces de soportar el peso que llevó Jesús. Nada puede ser más grande y más pesado que las toneladas de pecado de la humanidad que tomó sobre sí mismo.
No fue fácil pasar por lo que pasó Jesús. Él recibió en la cruz todos los pecados de todas las personas del mundo. Imagínate: envidia, robo, desobediencia, idolatría, desamor, insultos, asesinato, ¡todas las cosas malas del mundo! Todos los males fueron puestos sobre Jesús.
¡Era demasiado pesado! Por eso, la Biblia dice que le pidió a Dios que, si fuera posible, le quitara ese peso de encima. De tanto esfuerzo agónico, hasta sudó gotas de sangre (Luc. 22:44).
¡El pecado pesa! No cargues ese peso sobre tus hombros. Es incómodo, y puede romperte el corazón. ¡No dejes que el pecado detenga tu vida! Cuéntale a Dios tus pecados, pídele perdón, y todos los días agradece a Jesús por llevar el peso que era tuyo, para que pudieras vivir libre, liviano y feliz.
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