Los hechos de Joás fueron rectos a los ojos del Señor, mientras vivió el sacerdote Joiada.
2 Crónicas 24:2
Dios protegió a Joás desde bebé. Una malvada mujer llamada Atalía se propuso matar a todo el linaje de David, y casi lo logró. Pero el Señor usó a otra mujer, Josaba, para proteger al niño durante sus primeros seis años (2 Rey. 11:1-3).
Joás reinó desde los siete años, y su reinado duró cuarenta años. Como, claramente, subió al trono muy joven, tuvo un asesor clave: Joiada, el sacerdote.
La historia de Joás no termina tan bien como empezó. El versículo de hoy cuenta la triste realidad: sus hechos fueron buenos ante Dios solo mientras vivió Joiada. ¿Qué significa esto?
Que cuando el sacerdote murió, fue como si Joás se hubiera liberado y empezó a tomar decisiones equivocadas que descarriaron al pueblo. Joiada fue un personaje respetable y querido por el pueblo. Murió a los ciento treinta años y fue sepultado en la Ciudad de David (2 Crón. 24:15, 16).
Entonces, los príncipes de Judá se aprovecharon del rey. Le prometieron obediencia a cambio de que les permitiera introducir la idolatría, y Joás cedió. Dice la Biblia: “Después de la muerte de Joiada, llegaron los jefes de Judá y rindieron homenaje al rey.
Él se dejó aconsejar por ellos, y ellos abandonaron el Templo del Señor, Dios de sus antepasados, y dieron culto a las representaciones de Asera y a otros ídolos” (vers. 17, 18).
Dios envió profetas para amonestar al pueblo, pero nadie escuchó. Uno de ellos fue Zacarías, hijo del sacerdote Joiada. Zacarías era un personaje fiel a Dios y estaba en contra de la idolatría. A la mayoría no le agradó su mensaje, y la más triste decisión de Joás fue autorizar que lo mataran.
Joás fue fiel a Dios mientras tuvo a Joiada a su lado. Pero esa actitud no demuestra amor verdadero por Dios. Si obedeces solo cuando tus padres te ven, pero desobedeces cuando no están, haces lo mismo que Joás.
Tú puedes marcar una diferencia. Puedes confiar, depender y obedecer a Dios desde ahora, desde tu niñez, no importa si estás solo o acompañado.