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El Dios de Israel da poder y fuerza

Maravilloso es Dios en su santuario; el Dios de Israel da poder y fuerza a su pueblo. ¡Bendito sea Dios!

Salmos 68:35, DHH.

En Apocalipsis 3 encontramos el mensaje que Dios envió a la iglesia de la ciudad de Filadelfia, una de las siete iglesias mencionadas en el libro.

A diferencia de las demás ciudades, que eran grandes centros urbanos y comerciales, Filadelfia “nunca alcanzó la importancia política, económica o religiosa de algunas de las otras ciudades”;189 sin embargo, a pesar de su poco valor político, económico o religioso, es una iglesia que no recibe ningún reproche de parte del Cristo resucitado.

La ausencia de una censura podría dejar entrever que esa congregación gozaba de una vida espiritual saludable. El Santo y Verdadero se explaya, resaltando la obediencia de dicha iglesia a las Escrituras y su fidelidad en guardar el nombre de Dios. Aunque no era una ciudad importante a la vista de los hombres, para nuestro Señor era sumamente valiosa y especial.

Sin embargo, a pesar de ser una iglesia victoriosa, Jesús la identificó como una iglesia de “poca fuerza” (Apoc. 3:8). ¿Acaso no suena esto contradictorio? ¿Cómo podría tener salud espiritual una congregación que no es fuerte? Los seres humanos asociamos la victoria con la fuerza, no con la vulnerabilidad; no obstante, Filadelfia es una iglesia sana aunque no fuerte.

Lo que Apocalipsis intenta decirnos es que como Filadelfia era consciente de su “poca fuerza” estaba lista para dejar que el poder de Dios actuara poderosamente en y a través de ella.

Pablo nos ayuda a entender esto cuando dijo: “Es cierto que [Cristo] fue crucificado en debilidad, pero ahora vive por el poder de Dios. De igual manera, nosotros participamos de su debilidad, pero por el poder de Dios viviremos con Cristo para ustedes” (2 Cor. 13:4, NVI).

¿Te sientes débil? ¿Te consideras un cristiano con “poca fuerza”? Eso no indica que tu vida espiritual sea una completa catástrofe, ni que tu fe sea inmadura. Como Pablo, tú puedes decir: “Me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” (2 Cor. 12:9).

Cada alma vulnerable y con poca fuerza ha de recordar que “maravilloso es Dios en su santuario; el Dios de Israel da poder y fuerza a su pueblo. ¡Bendito sea Dios!” (Sal. 68:35, DHH). Por eso avanzó la iglesia de Filadelfia; y por esa fuerza podremos avanzar nosotros.

189 Francis D. Nichol, ed., Comentario bíblico adventista (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996), t. 7, p. 104.

J. Vladimir Polanco se ha desempeñado como pastor, profesor de teología y editor. Es el Editor de Publicaciones Teológicas de IADPA y director de la revista misionera "Prioridades", publicada mensualmente en cinco idiomas. El es el autor de varios libros.