Continuamos, pues, reconstruyendo la muralla, que estaba ya levantada hasta la mitad. La gente trabajaba con entusiasmo.
Nehemías 4:6
El tercer capítulo de Nehemías presenta una lista de nombres que, si los lees, seguramente agradecerás a tus padres por no haberte llamado como alguno de ellos. Más allá de eso, este capítulo nos enseña lo importante que es el trabajo en equipo (puedes leerlo completo).
Nehemías, como un buen estratega, dividió a las personas en grupos y a cada grupo le dio una tarea específica para completar la reconstrucción de la muralla.
Al igual que esas personas que reconstruyeron la muralla de Jerusalén, cada uno de nosotros tiene una tarea que realizar, no para reconstruir una muralla, sino para invitar a otros a prepararse para cuando Jesús vuelva a buscarnos para llevarnos a la Nueva Jerusalén.
Y, si bien todos tenemos defectos o carencias, también es cierto que cada uno tiene diferentes dones, es decir, cosas que sabemos hacer, nos gustan y nos salen bien.
Hablando de eso, quiero contarte acerca de Julio Urías. Es un lanzador zurdo que fue campeón con el equipo de béisbol Dodgers de Los Ángeles en 2020. ¿Sabes lo que dijo una vez en una entrevista? “La vida me dio un ojo malo, pero un brazo muy bueno”.
Es decir, él no se concentró en el “ojo malo” o defectuoso, sino en el potencial de su brazo para convertirse en un excelente lanzador. Así, Dios desea que te concentres en las cosas buenas que te dio y que con ellas ayudes para que otros conozcan a Jesús.
Por otro lado, podemos destacar la importancia del trabajo en equipo. Nehemías fue un gran líder que supo dirigir a muchas personas con diferentes características: sacerdotes y gobernadores; hombres y mujeres; plateros y comerciantes; servidores del templo y personas que no vivían en Jerusalén… así, logró sacar lo mejor de cada uno y terminaron exitosamente la tarea.
Habla con Dios y pídele que te ayude a cumplir la tarea que nos encomendó de predicar el evangelio.