La muralla quedó terminada el día veinticinco del mes de Elul, y en la obra se emplearon cincuenta y dos días.
Nehemías 6:15
A pesar de los obstáculos, la misión se cumplió en un tiempo récord: 52 días. Entonces, Nehemías hizo dos cosas: primero, agradeció a Dios (el versículo 16 dice que incluso sus enemigos reconocieron que lo había logrado gracias a la ayuda de Dios). Segundo, pensó en un plan para cuidar de la ciudad.
Así que, con el propósito de salvaguardar la ciudad, Nehemías puso porteros y les indicó que no “debían abrirse las puertas de Jerusalén hasta bien entrado el día, y que debían cerrarse y asegurarse estando en sus puestos los de la guardia” (7:1, 3).
Después de todo, Jesús iba a caminar en el interior de esas murallas. Nehemías sabía que lo más importante de la ciudad no eran sus murallas, templos, edificios y casas, sino las personas que vivían allí, pues Dios los había elegido como su pueblo especial.
Con eso en mente, Nehemías estableció sacerdotes, levitas, cantores y diferentes sirvientes del Templo, así, ayudaría al pueblo a desarrollar de su fe para crecer en su relación con Dios.
En el capítulo 7 aparece una larga lista de los israelitas nacidos en Judá que fueron desterrados a Babilonia. Tal vez no te resulte muy divertido leerla, pero ella nos recuerda que para Dios no somos simplemente un número, él conoce nuestro nombre y está al tanto de todo lo que nos pasa.
Gracias a la fe y el servicio de todos los que se mencionan en esa lista, se preparó el camino para que se cumpla la promesa de la primera venida de Jesús y, por consiguiente, el plan de salvación.
Hoy es un buen día para recordar la importancia de cuidar tu fe en Jesús. No olvides que el enemigo intenta entrar de cualquier manera a tu vida, su intención es solo robar y destruir: robarte la alegría, la paz, la amistad con Jesús y la salvación.
Al contrario, si dejas entrar a Jesús a tu vida, siempre estarás seguro.