Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero.
Hebreos 10: 22, NVI.
Materiales:
- Lápiz y hoja en blanco.
Este hombre que ves en la imagen es el rey Ezequías. Durante un tiempo, el rey Ezequías estuvo enfermo. ¿Alguna vez has estado enfermo? ¿Sabes lo que siente una persona enferma? ¡Claro! Igual que el rey. Él era un hombre muy bueno, que amaba a Dios y obedecía sus mandamientos.
Un día, el rey se despertó y se dio cuenta de que no se sentía bien. Los médicos fueron a verlo, pero no podían ayudarlo. Ezequías se sentía muy triste. ¿Qué haces cuando estás triste? ¿Orar? Eso fue también lo que hizo Ezequías.
El rey hizo una oración sincera. ¿Sabes lo que significa orar sinceramente? Qué abrió su corazón a Dios, y le dijo que se sentía triste porque estaba enfermo. Así que le pidió que lo sanara, porque quería seguir trabajando, paseando y compartiendo con su familia. Dios escuchó su oración y Ezequías se sanó.
A Dios le gusta escucharte en todo momento, no importa si estás triste, alegre o con miedo. Él solo quiere que al orar, seas sincero. Por ejemplo, si te sientes triste o estás enojado, debes decirle la verdad acerca de lo que estás sintiendo, y pedirle que te ayude. Si estás enfermo puedes pedirle que te sane. Él te escuchará porque te ama y le gusta que ores con sinceridad.
Padre de amor, ayúdame a ser sincero cuando hablo contigo.
Actividad: Escribe una carta a Dios, dile cómo te sientes y lo que te gustaría que él haga por ti. Recuerda agradecerle por cuidarte cada día.