Anímense y fortalézcanse unos a otros, tal como ya lo están haciendo.
1 Tesalonicenses 5: 11
Ayer aprendimos que el astuto zorro rojo puede engañar a los cazadores, pero también a los perros de caza y a otros depredadores. Es un corredor muy rápido que puede alcanzar los 42 kilómetros por hora. Pero su gran sentido del olfato y de la vista lo hacen aún más increíble. Al ser tan listos y rápidos, los zorros rojos no necesitan cazar en manada, pero les gusta estar con otros zorros. De hecho, los zorros rojos son un gran ejemplo de buen matrimonio. Los zorros emparejados son leales entre sí y se muestran mucho afecto. Se emparejan para toda la vida.
Un cazador cuenta que un día sus perros perseguían a un zorro. El zorro no paraba de correr y correr… Entonces se dio cuenta de que los perros estaban tan cansados que ya ni ladraban, no entendía cómo un solo zorro podía correr tanto tiempo sin reducir la marcha.
El zorro había estado corriendo en un círculo de dos kilómetros de largo aproximadamente. El cazador estaba de pie en una colina alta, mirando hacia dónde corrían. De vez en cuando, salía al descubierto y el cazador observaba para ver qué pasaba. Una buena distancia separaba al zorro de los perros y cuanto más corrían, más se alejaban. ¿Cómo podía correr el zorro tanto tiempo sin cansarse?
De repente, el cazador se dio cuenta de lo que ocurría. No era un solo zorro, eran dos y estaban trabajando juntos. Uno de los zorros recorría el gran círculo, mientras los sabuesos jadeaban detrás de él y cuando este zorro terminaba su recorrido, pasaba a través de un gran tronco caído que estaba vacío por dentro. Allí se detenía y otro zorro, su compañero, salía corriendo por el otro extremo del tronco. Se iban intercambiando, como hacen los corredores de maratón, y cada uno tenía tiempo para descansar antes de volver a correr.
Jesús quiere ser nuestro amigo y compañero en esta vida y en el cielo. A él le gusta que seamos con los demás como estos zorros. Tenemos que ayudarnos y animarnos mutuamente cuando pasemos por momentos difíciles.
Joelle.