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El Cuervo

El que mira a su padre con desprecio y se burla de su madre anciana, merece que los cuervos le saquen los ojos, Proverbios 30: 17

Hay tres especies de cuervos grandes o cornejas en Norteamérica, pero se parecen mucho. Construyen nidos austeros de varas; los sellan con pelo de animal, trozos de corteza, musgo, algas o pasto. Los nidos suelen ser muy grandes y se localizan en la cima de un acantilado, o un árbol alto. Sus huevos son verdes grisáceos con manchas marrones; en general, ponen de tres a ocho. Las alas extendidas del cuervo miden casi un metro. Un ave fuerte y ruda, su plumaje negro brillante lo hace muy impresionante.

Los cuervos tienen buena visión y constantemente buscan comida. Comen muchos insectos, granos, roedores pequeños y huevos de aves. También comen animales muertos. Cuando los cuervos se acercan a un animal caído, lo primero que hacen es picarle el ojo. Dios les dio el instinto para saber que si el animal trata de cubrir su ojo, entonces no está muerto. Si no reacciona, los cuervos saben que ha muerto y comienzan a comer.

A veces, cuando los jóvenes comienzan a rechazar a sus padres y otras autoridades, es síntoma de que se mueren espiritualmente. Tal vez haya buenas razones para que un joven o una señorita rechacen a cierta gente, pero tienen que considerar con cuidado esa decisión. Si deciden mal, quedan abiertos a las tentaciones de Satanás. Los mirará a los ojos y si ve descuido espiritual, trabajará duro para causar una muerte espiritual.

No des a Satanás la oportunidad de sacarte ese brillo cristiano de tus ojos. Sé la persona que sabes que Dios quiere que seas: bondadosa, amante y obediente.

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