Sus lomos son hileras de escudos cerrados y duros como la piedra, Job 41: 15.
Una de las criaturas más feas que he visto en fotos es el pangolín, a quien algunos llaman «alcachofa con patas». Estos animales tienen escamas que les sirven de piel; cubren su torso y cola. Son los únicos animales de su grupo que tienen escamas. No tienen dientes, así que no mastican su comida.
Los pangolines son animales nocturnos que viven en África y Asia. Con sus escamas, parecen piñas andantes. Esas escamas crecen continuamente. Son filosas y las pueden abrir a voluntad. Un pangolín se hace bola para protegerse. Dicen que hace falta la fuerza de varios hombres para desenrollarlo. Este proceso de enrollamiento es parte de su mecanismo de defensa.
Los pangolines tienen un hocico largo, con una boquita bien por debajo. Se alimentan sobre todo de hormigas y termitas. También tienen una cubierta protectora clara sobre sus ojos, en caso de que entren a un hormiguero o un montículo de termitas. Su lengua mide 30 centímetros aproximadamente y la enrollan en su boca. Una sustancia pegajosa de su boca sirve como matamoscas para insectos pequeños. Un pangolín que apareció muerto tenía más de 200 000 insectos en su estómago, su alimento de todo un día. Eso significa que habría comido 70 millones de insectos en un año. Eso es comer, ¿verdad?
Existen ocho especies de pangolines, la mitad en África y la otra en Asia. Algunos viven en árboles; otros en madrigueras subterráneas. Después de nacidas, las crías de pangolín se alimentan de leche materna durante un mes, y luego comienzan a comer insectos. Poco después viven por su cuenta.
Doy gracias porque tenemos un Dios que nos cuida. También me alegra que nos ha dado padres terrenales que nos aman y protegen, y nos dan casa y comida. Da gracias hoy por tus padres, sobre todo tu madre que te ha cuidado durante tanto tiempo.
Lecturas Devocionales para Menores 2018
Un Planeta Increíble – Charles C. Case