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El símbolo de mi país

Se van como barcos ligeros, como águila que se lanza tras la presa, Job 9: 26.

Varios países usan mamíferos, aves u hojas como símbolos nacionales. El 20 de junio de 1782, el congreso de Estados Unidos adoptó al águila calva como símbolo del país. Hubo resistencia, porque el águila tiene características nada honorables. Ben Franklin escribió: «Es un pájaro de mal carácter moral. No se gana la vida honestamente». El historiador Richard B. Morris escribió que el águila calva era un «ave maleante, una advenediza […] símbolo de espionaje […] imagen de horror».

Como el águila calva suele quitar su pez a un gavilán pescador, o quita su presa a otras aves o animales, mucha gente no la ve con buenos ojos. Aunque no lo creas, el águila tiene fama de cobarde. Pero las águilas calvas cuidan muy bien a sus polluelos. Hasta donde saben los científicos, también tienen una sola pareja de por vida. El águila calva no tiene plumas blancas en su cabeza hasta que cumple cinco años. Es un ave majestuosa y hermosa.

En otras épocas, el águila se usaba como símbolo de poder imperial, rapidez y fuerza bruta. Los persas y los romanos llevaban estandartes con el símbolo del águila a la batalla. Los emperadores de Roma tenían cetros con águilas en la punta, y los indígenas de América rendían culto al águila por su belleza.

Durante algún tiempo, el águila calva estuvo en la lista de especies en peligro de extinción debido a su rápida desaparición. Hoy se calcula que hay 7000 parejas reproductivas en Estados Unidos. Aun así, en 1995 salió de la lista de especies en peligro.

Una de las lecciones que podemos aprender de las águilas es que cuidan muy bien a sus familias. A Dios le interesa su familia y quiere cuidarnos. Los aguiluchos permiten que sus padres los cuiden. ¿Permitimos que Dios nos cuide, o queremos actuar como queramos, nosotros solos? Dios nos cuidará si se lo permitimos.

Invita a Dios a tu vida en esta mañana y pídele que te cuide. Entrégale tu vida hoy.

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