«Dios me enseñó a consolar a los que están afligidos y cansados. Me despierta todas las mañanas, para que reciba sus enseñanzas como todo buen discípulo». Isaías 50: 4, TLA
«SE HA ABIERTO LA OPORTUNIDAD de una beca universitaria en el extranjero». Esa fue la noticia que escuchamos del primer anciano de nuestra iglesia. «¿Qué carrera ofrecen?», preguntamos muy entusiasmados. «Licenciatura en Teología -fue su respuesta-. Eso significa que si alguno de ustedes califica para la beca será un siervo de Dios, un pastor». «¿Y qué hay que hacer?», preguntó un joven interesado. El dirigente respondió: «Debe viajar el lunes a llenar la solicitud y entrevistarse con el pastor encargado del plan». Viajar más de 250 kilómetros hacia la capital de Guatemala en un autobús que partía a las dos de la mañana, ¡vaya desafío! Así que la oferta quedó en el aire.
El domingo por la noche, de todos los jóvenes que se mostraron interesados, ninguno quiso asistir a la entrevista. Para ser sincero debo confesar que yo tampoco estaba muy interesado. El anciano me preguntó: «Viajarás a la entrevista mañana». Contesté que no, alegando que no tenía el dinero para el boleto de autobús. «Eso no es problema -dijo—. Aquí lo tienes» y me entregó el dinero necesario.
Creí no tener excusa. Llegué a casa y a la hora de dormir, como de costumbre, oré, pero esta vez mi oración fue distinta: «Padre, si es tu voluntad que viaje a la entrevista te pido que me despiertes a la 1:45 am, no activaré la alarma. Será como una señal de tu aprobación. Gracias Señor por escuchar mi oración, en el nombre de Jesús, amén».
El texto de hoy dice: «Me despierta todas las mañanas». Efectivamente así su cedió en mi caso. Exactamente a la 1:45 abrí los ojos como si hubiese dormido una noche completa. Mientras viajaba esa madrugada comprendí que Dios es real, puntual y responde conforme a su voluntad. Obtuve la beca y mientras estudiaba Teología Dios confirmó de muchas maneras que él me había escogido para ser pastor. Hoy llevo más de veinte años sirviendo a Dios y he sentido su dirección en cada momento del camino.
¿Te gustaría hoy que Dios guíe tu vida? Te invito entonces a pedir su dirección y él te mostrará el camino no solo hoy, sino «todas las mañanas».
Ever Roblero, Guatemala
Lecturas Devocionales Para Jóvenes 2018
365 vivencias de jóvenes como tú