Categories

Archivos

Oración precipitada

Lecturas devocionales para Adultos 2019

Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos, cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.

Jueces 11:30, 31.

¿Haces promesas a Dios a menudo?

Una vez que el rey de Amón rechazó el mensaje de Jefté (vers. 28), el líder de Israel guio a su ejército contra los amonitas. Pero, cuando pasó por la tierra del enemigo, es posible que haya sentido una profunda inseguridad. No forzamos el texto si pensamos que este hombre, que había pasado años en el exilio, y que de pronto le fue concedida la máxima responsabilidad de guiar a Israel, haya sentido una emoción tan profunda que lo llevó a hacer una promesa precipitada.

Habiendo vivido como pagano entre paganos, pensó que podía mover la voluntad de Dios mediante una promesa. Dios no requiere una promesa para actuar en favor de sus hijos (ver Ecl. 5:2). La victoria no sería una recompensa a las mejores acciones de Jefté. Dios lo había conducido hasta allí, había enderezado su camino, «y el Espíritu de Jehová» estaba con él (vers. 29).

Pero, cuando Jefté volvió a Mizpa, a su casa, su hija salió a recibirlo con panderos y danzas (vers. 34). Ella era todo lo que él tenía. «Y cuando él la vio, rompió sus vestidos, diciendo: ¡Ay, hija mía!, en verdad que me has abatido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor, porque le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme» (vers. 35).

El capítulo termina con la hija llorando su virginidad. Esto significa que la hija de Jefté no se casó. No hay indicio en el texto que sugiera un sacrificio humano. Más bien, el texto sugiere virginidad perpetua sin hijos, sin descendencia. ¡Qué injusta la suerte de esta chica!

Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir. Nunca olvides que quien promete rápidamente se arrepiente lentamente. Una promesa es un cheque librado contra tu porvenir. Por eso, Jesús dijo: «Sea vuestro hablar: Si, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede» (Mat. 5:37).

¡Gracias a Dios que no necesitas prometer nada a nadie a cambio de ni salvación! Jesús ya te aceptó.

Oración: Gracias, Señor, porque no necesito prometerte nada para que ames.

Lecturas Devocionales Para Adultos 2019
Las Oraciones más Poderosas de La Biblia – Ricardo Bentancur