“De hecho, Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a quien él mira con buenos ojos»
(Eclesiastés 2:26).
En la actualidad se utilizan máquinas como la esmeriladora, o e manualmente con un cincel y martillo. Pero en la antigüedad existieron pueblos como los egipcios, los aztecas y los incas que construyeron gigantescas ciudades de piedra, refugios y estatuas, sin tener la tecnología que tenemos hoy. Una de las teorías es que perforaban las grandes piedras y les hacían hoyos donde colocaban troncos de madera seca. Luego mojaban los troncos haciendo que se expandan. Así podían cortar las piedras gigantes para sus construcciones.
En el templo que hizo construir el rey Salomón, cada piedra fue labrada con la medida exacta. Lo interesante fue que en el lugar de la construcción no se escucharon ni ruidos de martillos, ni piquetas, ni ningún otro instrumento de hierro. Siete años tardaron en hacerlo y todas las naciones se maravillaban por su belleza.
Cuando haces algo bien y te felicitan, ¿qué haces? ¿Qué piensas? ¿Qué dices? El rey Salomón se dio cuenta de que todo lo que hacemos es gracias a nuestro Creador. “De hecho, Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a quien él mira con buenos ojos» (Eclesiastés 2:26). Agradece a Dios por todos tus logros.
Desafío: Escribe una lista de cosas que haces bien y luego, debajo de ellas, con letras de colores escribe: «Todo es gracias a Dios”.
Lee más en la Biblia, [1 Reyes 6].
Lecturas Devocionales para Menores 2019
Preguntas Grandes y Pequeñas –Stella Romero