“Él es mi amigo fiel, mi lugar de protección, mi más alto escondite, mi libertador; él es mi escudo, y con él me protejo; él es quien pone a los pueblos bajo mi poder»
(Salmo 144:2).
Las tortugas gigantes viven en las Islas Galápagos, Ecuador. Ellas pesan más de 450 kilogramos y miden 2 metros de largo. Su promedio de vida es de 100 años. ¡Realmente son enormes!
Para las tortugas, su caparazón es su refugio, su casa, su abrigo y su protección. ¿Sabías que cuando las tortugas meten su cabeza hacia adentro del caparazón su columna vertebral se dobla en forma de una S?
En la Biblia encontramos varias historias de personas que eran gigantes. Entre ellas se mencionan a los gigantes de Gaza y Asdod. Uno de ellos tenía seis dedos en vez de cinco en cada mano y en cada pie. Las armas que usaban eran hechas para su tamaño. Por lo tanto, eran enormes y pesadas (30 kilos). Muchos ejércitos buscaban a los gigantes para usarlos en las batallas; ya sea, para que asusten a los pueblos que querían someter o que griten bien fuerte. En una oportunidad, el gigante Isbí-benob trató de matar a David, pero Abisai, un soldado israelita valiente, lo ayudó y le salvó la vida.
El rey David no peleó solamente con un gigante sino con muchos gigantes. Pero siempre salía victorioso porque Dios peleaba por él y tenía buenos amigos a su alrededor. La Biblia dice: “Él es mi amigo fiel, mi lugar de protección, mi más alto escondite, mi libertador; él es mi escudo, y con él me protejo; él es quien pone a los pueblos bajo mi poder» (Salmo 144:2).
Desafío: Construye un cartel con el siguiente mensaje: «Jesús es mi amigo fiel”.
Lee más en la Biblia, [2 Samuel 21:15-17].
Lecturas Devocionales para Menores 2019
Preguntas Grandes y Pequeñas –Stella Romero