También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar.
Lucas 18:1.
Las similitudes y las diferencias entre la parábola del amigo importunado (Luc. 11:5-8) y la de la viuda que pide justicia ante un juez injusto son muy instructivas (Luc. 18:1-8). Ambas parábolas comparten un lado desagradable: la importunidad del pedido y la persistencia del suplicante. Ambas subrayan fuertemente la indignidad de rendirse ante la necesidad. Se espera que usemos el sentido común para no identificar al amigo importunado y al juez injusto con el Dios a quien oramos cada día. Esta parábola no habla del carácter de Dios, sino de la necesidad de orar sin cesar (1 Tes. 5:17).
La diferencia entre las dos parábolas es que el juez es muy malo, no así el amigo importunado. Al juez no le importa Dios ni los hombres (vers. 2). Cuanto peor es el dueño de la dádiva, más enfática es la exhortación a la persistencia. Si el juez de la parábola hubiera sido justo y sensible, esta parábola no habría tenido sentido.
La viuda es un símbolo del creyente oprimido, impotente ante las fuerzas del mal, que se siente abandonado por Dios a su propia suerte. En realidad, ¡a veces nos sentimos como si Dios nos hubiera dejado solos en el mundo! Es posible que te sientas como la viuda suplicante, que creas que tu clamor no es escuchado por el Cielo. Quizá sientas que el socorro se dilata, se hace esperar. Es posible que tu fe se “tambalee” ante tanta espera, que creas que el Cielo está vacío.
Pero, el retraso más prolongado puede convertirse en breve, porque el reloj del Cielo no late al mismo ritmo que nuestros pequeños cronómetros. Dios es “el Dios de la paciencia” y ha esperado milenios para establecer su Reino en la Tierra (ver 2 Ped. 3:9). Puedes aprender a sufrir, y a tomar en serio la promesa: “Ustedes necesitan tener fortaleza en el sufrimiento […]. Pues la Escritura dice: «Pronto, muy pronto, vendrá el que tiene que venir. No tardará” (Heb. 10:36, 37, DHH ).
En esta vida, tu eres la viuda, ¡pero pronto puedes ser la novia que entra en la fiesta y se olvida tapidamente de sus enemigos y de los días de duelo (ver Mat. 22)!
Oración: Señor, dame paciencia y perseverancia para seguir creyendo y orando.