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Sácale el jugo a la vida

Matutinas para Mujeres 2020

¡Yo sanaré a mi pueblo!

Isaías 57:19

Los jugos están de moda. Y como este año lo hemos comenzado hablando de buenos hábitos para mejorar nuestra salud física y espiritual, hoy voy a hablarte del hábito de beber jugos. De hecho, te voy a recomendar varias combinaciones de frutas, verduras y hortalizas, con las que puedes hacer jugos muy buenos para la salud.

Prueba las siguientes combinaciones. Zanahoria, jengibre y manzana: depura el organismo. Manzana, pepino y apio: ayuda a prevenir el cáncer y reduce el colesterol y los problemas estomacales. Tomate, zanahoria y manzana: mejora el aspecto de tu piel. Piña, manzana y sandía: bueno para los riñones y la vejiga. Pera y banana: regula el azúcar. Zanahoria, manzana, pera y mango: es antioxi­dante y disminuye la presión sanguínea. Melón, sandía, uva y leche de soya: aumenta tu actividad celular y mejora tu sistema inmunológico.

Claro que es importante cuidar nuestro cuerpo, pues es templo de Espí­ritu Santo (ver 1 Cor. 6: 19), pero obviamente, a Dios no solo le interesa nues­tra salud física, sino que también se preocupa, y mucho, por nuestra salud es­piritual. Así como los jugos son excelentes complementos de la alimentación para dar al organismo las vitaminas, proteínas y minerales que necesita, así la alimentación espiritual que se basa en la lectura de la Biblia se ve comple­mentada por ciertos hábitos diarios. ¿Por qué no pruebas a hacer también las siguientes combinaciones de actividades cada día para mejorar tu salud espiri­tual? Oración matutina y rostro sonriente: fortalecerá tu fe y mejorará tus relacio­nes personales. Meditación y ayuno: pondrá tu mente y tu cuerpo en sintonía con el Altísimo. Servir al prójimo y compartir tu testimonio con otras personas: me­jorará tu experiencia y comprensión del evangelio. Cantar himnos y eliminar el rencor: potenciará el optimismo y la felicidad. Memorizar un versículo de la Biblia cada noche y leer otros libros cristianos: te ayudará a profundizar en el conocimiento de Dios y a defender las verdades en las que crees cuando alguien te pregunte.

En las Escrituras leemos: «Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma» (3 Juan 1: 2, RV60). «Prosperar en todas las cosas» tiene mucho que ver con darnos cuenta de que somos seres integrales y, por lo tanto, hemos de poner todo de nuestra parte para cuidar de cada una de las dimensiones de nuestro ser. ¿Qué te parece si lo hacemos?