Categories

Archivos

Da gracias siempre

Matutinas para Mujeres 2020

«Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús»

(1 Tesalonicenses 5: 18).

Cuando Estrella vio que se acercaban tiempos difíciles para ella y para su familia, comenzó a orar a Dios sistemáticamente. Día tras día se postraba sobre sus rodillas para pedirle misericordia. Efectivamente, le tocó vivir graves problemas, tal como había anticipado, pero en todo momento sintió paz. Por eso decidió cambiar su táctica: en lugar de únicamente pedir, comenzó a centrar sus oraciones diarias en dar gracias a Dios por todo. Eso aumentó su fe. La ayudó a ver más claramente la presencia de Dios en su vida a pesar de las dificultades, y la animó a pasar a la acción. Estrella, en agradecimiento al Señor, decidió visitar las zonas más alejadas de su país, donde la gente tiene poco acceso a la sanidad y la educación, para llevar no solo atención médica, sino también la predicación del evangelio.

Vivir agradecida es vivir una fe que pasa a la acción. Solo cuando aprendo a dar gracias a Dios porque confío plenamente en que lo que viene a mi camino es lo que me conviene para mi salvación, puedo yo decir, como el apóstol Pablo: «No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús» (Fil. 4: 6-7, NVI). Esa paz a pesar de las dificultades que deriva de una vida de fe y agradecimiento es la que me permite a mí pensar en el prójimo y hacer algo a su favor. De ese modo, las bendiciones que yo misma he recibido pueden bendecir a alguien más.

Fe, agradecimiento, servicio: tres piezas clave de la experiencia cristiana que están íntimamente relacionadas.

Dice el mismo apóstol Pablo: «Todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él» (Col. 3: 17, NVI). Palabra y obra: las dos maneras en que mostramos lo que hay en nuestro corazón.

¿Cómo serán tus palabras y tus obras en el día de hoy? ¿Pondrán de manifiesto que vives agradecida al Señor porque confías en que dirige cada uno de tus pasos? Entonces, convierte esa paz que tú disfrutas en bendición para los demás.