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Que nada me aparte de Dios

Matutinas para Menores 2020

«El Señor hizo llover fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra».

Génesis 19:24

—Continuaremos el relato de Abraham que iniciamos ayer —dijo el papá—. Imaginen que él mismo les está contando su historia.

«¡Hola! Soy Abraham otra vez. Y hoy quiero hablarles de algo que me sucedió con mi sobrino Lot. Verán, Lot, el hijo de mi hermano Harán, nos acompañó en nuestro viaje hacia la tierra que el Señor me indicó. Al principio, todo iba muy bien, pero con el tiempo su ganado y el mío aumentaron tanto que un día nuestros siervos discutieron por el agua y tuve que tomar la decisión de separarnos. Lot escogió ir a vivir a una preciosa llanura cerca de las ciudades de Sodoma y Gomorra, mientras que yo me fui al lado contrario. Lo que me apena decir es que Lot terminó viviendo en Sodoma y la influencia de ese lugar no fue buena para su familia.

«Cierto día, pasaron cerca de mi campamento tres viajeros y yo salí a invitarlos a comer y descansar en mi tienda. No sabía que se trataba de visitantes celestiales. Fue entonces cuando Dios me dijo que pronto Sara tendría un hijo. ¿Se imaginan mi emoción? ¡Nosotros ya éramos demasiado mayores para ser padres! Mi esposa se rio al oír el comentario, por eso Dios dijo que nuestro hijo se llamaría «Isaac», que significa «risa». Además, me habló sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra. Como yo sabía que mi sobrino vivía allá con su familia, intercedí por ellos. Pero no había siquiera diez personas justas en aquellas ciudades, por eso Dios decidió destruirlas. Sin embargo, quiso salvar a Lot y a su familia.

»Lot tardó en decidirse a abandonar Sodoma, porque no quería perder todo lo que tenía. Pensó que quizá Dios estaba pidiendo demasiado. Así que los ángeles tuvieron que tomarlos de la mano a él y a su familia, y sacarlos de allí a toda prisa. Ellos les dieron las instrucciones de que no debían mirar atrás, pero la esposa de Lot desobedeció y volteó. Como consecuencia, se convirtió en estatua de sal.

»Dios desea que lo amemos de todo corazón, porque él quiere salvarnos y vivir algún día con todos nosotros».

Tu oración: Querido Dios, ayúdame a que nada me aparte de ti.

¿Sabías qué?

Los moabitas y los amonitas fueron descendientes de Lot.