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“Si la ignorancia hace a la felicidad, ¿por qué no hay más gente feliz en el mundo?» – Thomas Jefferson

Matutina de Adolescentes

«El temor del Señor es la base de la verdadera sabiduría; todos los que obedecen sus mandamientos crecerán en sabiduría»

Salmo. 111:10, NTV

La maestra de Geografía le estaba presentando a los alumnos de primaria los continentes del mundo. Señaló América en un mapa.

-Este es América, el continente en el que vivimos -les dijo a sus alumnos de Pensilvania–. Y aquí -señaló arriba- está América del Norte, donde se encuentra nuestro país.

Entonces, señaló la masa de tierra al sur.

-¿Alguien sabe cómo se llama esta parte de América? -preguntó.

La clase guardó silencio. Nadie levantó la mano. Ella levantó su puntero hacia arriba.

-América del Norte… -les dio un indicio. Luego movió el puntero hacia abajo.

-¡Ah! -respondieron los alumnos-. ¡América del Sur!

-Bien! -dijo la maestra, y movió el puntero hacia el otro lado del Océano Atlántico, a Europa.

-¿Alguien sabe cómo se llama este continente? Comienza con una «E».

Un alumno levantó la mano.

-¿América del Este? -adivinó.

Sí, algunos alumnos tienen mucho que aprender.

Hasta los maestros podrían ser un poquito más inteligentes. Una muchacha de Washington, que tenía miopía, se subió al auto con su instructor de manejo para dar una vuelta de práctica.

-¿Tienes tu permiso de aprendiz? -le preguntó el instructor.

-Sí –respondió la alumna, mostrándolo.

El instructor notó que el permiso requería lentes.

-¿Tienes tus lentes de contacto?

La alumna se acomodó los anteojos.

-No; no los tengo -respondió con una sonrisa.

La pregunta es:  ¿cómo evitar decir algo tonto? Bueno, no hay garantía de que no se te escapará alguna pavada de tanto en tanto. Eso es parte de ser humano. Pero la Biblia señala la manera de llevar una vida más inteligente. «El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos».

Quienes respetan a Dios y estudian su Palabra evitan cometer muchos errores tontos. La Biblia no te ayuda directamente a aprobar tu examen de Geografía, pero sí te ayuda a encontrar el camino a una vida más inteligente.