Categories

Archivos

Salvador, a ti me rindo

Matutinas para Menores 2020

«El que trate de salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa mía, la salvará».

Mateo 10:39

—Hemos aprendido un poco acerca de los autores de algunos de los himnos que están en nuestro himnario -comenzó la historia del día el papá-. Al conocer a los autores y por qué los escribieron, podemos entenderlos mejor. Así es con la Palabra de Dios; cuando la leemos, conocemos mejor a su Autor.

El himno número 261, «Salvador, a ti me rindo», fue escrito por Judson W. Van Deventer cuando entregó su vida a Jesús y se consagró a su servicio. Judson fue maestro de arte y era un miembro activo en su iglesia. Poco a poco fue participando más en las actividades misioneras, tanto que sus amigos lo animaron a que se dedicara por completo a predicar el evangelio.

Mientras Judson se encontraba conduciendo unas reuniones evangélicas, estaba indeciso entre dos caminos a seguir: dedicarse por completo al arte o al trabajo misionero; por fin tomó la decisión de servir a Dios a tiempo completo. Se dedicó a viajar por Estados Unidos e Inglaterra, en campañas de evangelización.

El compositor de la música de este himno fue Winfield S. Weedenm, que trabajó durante varios años con él como asociado y cantante. Aunque Winfield hizo otras composiciones, es recordado por este himno. Tanto le gustó que en su tumba pusieron una placa con el título de este himno.

Este himno es el resultado de una entrega completa a Dios de su autor, y ha llevado a muchas personas a entregarse a Dios también. ¿Creen ustedes que vale la pena entregar su corazón a Jesús? —preguntó el papá.

-¡Si! -respondieron Susana y Mateo al unísono.

-Que el Señor nos ayude para que así sea -terminó el papá.

Tu oración: Querido Dios, deseo hacer mía la letra de este himno; yo también me rindo a ti. Quiero serte fiel.

¿Sabías qué?

El canto se usó para salir a la guerra en tiempos del rey Josafat.