Categories

Archivos

Alabar en cualquier circunstancia

Matutinas para Mujeres 2020

¿Has oído hablar de Tony Meléndez, o has podido verlo en Internet? Para mí, es un hombre admirable que me inspira a alabar a Dios cuando estoy atravesando circunstancias adversas. De hecho, me ayuda a entender que las circunstancias no son impedimento para la alabanza.

Tony nació sin brazos, porque su madre tomó un medicamento estando embarazada de él que afectó al feto. Así que Tony pasó su niñez y adolescencia sintiéndose muy triste, porque los demás no lo miraban como a una persona normal. Él, sin embargo, era una persona normal; su discapacidad no le impedía hacer gran cantidad de cosas.

Por ejemplo, con las piernas y los pies jugaba a casi todo y, ya de mayor, maneja e incluso escribe. Su discapacidad tampoco le ha impedido casarse con una linda joven, ni adoptar dos hijos. Pero lo más asombroso de todo es que Tony toca la guitarra.

Comenzó como un juego cuando era niño y agarró con los pies la guitarra de su papá. Y continuó con ensayos de seis y siete horas diarias hasta que de su guitarra comenzaron a emanar notas bellas que, unidas a su canto, elevan los corazones al cielo. «Con mi música me siento conectado a Dios», afirma Tony, que es católico practicante.

Verlo tocar con los pies y reflejando en el rostro el gozo y la paz cristianos a pesar de las circunstancias es todo un ejemplo a imitar. Él viaja por el mundo llevando un mensaje muy especial: sean cuales sean tus circunstancias (incluso si no tienes brazos ni piernas), puedes alabar a Dios.

Alabarlo es responder a todo lo que él es con todo lo que tú eres. A veces, ese todo no es perfecto, pero imperfecto no quiere decir que no sea válido y aprobado por Dios.

Te dejo con estas palabras escritas por Tony:

«Tú eres mi Dios y la roca

en donde me mantengo en pie.

Me he encontrado bajo tus brazos bendecidos.

Tú eres mi Dios,

el primero que perdona, siempre presente.

El Dios que está con nosotros

cordero (siervo) del amor.

Quien murió como un triunfador a manos del pecado.

El Salvador que resurgió. La luz brillante

y la estrella de la mañana.

Una brillante luz de gloria vive dentro de mí».

«Nuestra boca se llenó de risa y nuestra lengua de alabanza. Entonces decían entre las naciones: “¡Grandes cosas ha hecho Jehová con estos!»»

Salmo. 126:2, RV95