«Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de tus manos»
Daniel 3:7, NVI
Esta historia le sucedió a un niño de solo 6 años que vivía en África.
El pequeño había tenido que ir a llevar un recado a una lejana aldea. Tenía un poco de miedo porque sabía que por allí andaba un león hambriento. Sin embargo, oró a Dios y se sintió tranquilo.
Caminó con mucho cuidado a través de los matorrales, cuando de pronto vio a un león que venía hacia él. Entonces, dijo: «¡Jesús, ayúdame!».
En ese momento se acordó de que traía su merienda en una bolsa de papel. Tomo la bolsa, la llenó de aire y la golpeó con una piedra. ¡Pum! Cuando el león escuchó el estruendo, huyó asustado.
¿Y yo?
Dios te oye y te libra de los peligros.
Mi oración para hoy
Líbrame, Señor, de todos los peligros.