«No temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo»
Salmo 23:4
A pesar de que vuela, el murciélago es un mamífero. Y aunque es ciego, no se equivoca en sus rutas de vuelo ni se golpea con los obstáculos.
Dios lo creó con la capacidad de huir de los peligros a pesar de no verlos.
Cuando Jesús está en nuestro corazón, también nos brinda una capacidad semejante a la del murciélago para evitar el mal y los peligros.
¿Y yo?
¿Le pregunto yo a Dios qué debo hacer y por dónde debo ir?
Mi oración para hoy
Ayúdame, Jesús, a evitar el mal y los peligros.