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La verdadera fuente de la eterna juventud

Matutinas para Mujeres 2020

Desde la antigüedad, la gente ha querido ser longeva. De ahí arranca el concepto de la fuente de la eterna juventud. Es en el libro Historias, de Heródoto (siglo IV a. C.), donde se hace la primera referencia escrita a este conocido mito. En la Edad Media también se conservó este concepto y, en la época de las conquistas, el explorador español Ponce de León oyó hablar de la fuente de la juventud a los nativos de Puerto Rico; creyó después haberla localizado en la Florida, en los Estados Unidos, donde hasta el día de hoy hay un museo con una fuente que lleva por nombre «La fuente de la juventud» y que se encuentra en la ciudad de San Agustín.

Hoy en día, parecer joven ejerce gran peso social, sobre todo entre las mujeres. «Juventud» y «belleza» son sinónimos. Condicionadas por la cultura que nos rodea, nosotras podemos caer también en la tentación de entrar en pánico cuando asoman las primeras arrugas. Y no es que los hombres sean inmunes a esa obsesión con la juventud; la presión la reciben ellos también.

Parece mentira que haya que decirlo pero, en esta vida, la eterna juventud no es posible, así que para qué frustrarnos con algo no factible. El enfoque debe ser buscar la manera de envejecer con gracia, con sentido de propósito, con pasión por la vida, con una misión, con deseos de ayudar a las más jóvenes en sus dificultades, de las cuales las mujeres que tenemos más edad sabemos un poco.

En la tierra nueva, esta no será una preocupación (otro detalle del cual nuestro Padre celestial se ha encargado también). Allí la edad no será un factor; las arrugas no serán una preocupación; la muerte nunca se sentirá como algo cercano; no tendremos fecha de caducidad… En la Biblia tenemos una maravillosa promesa, que dice: «Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin.

Al que tenga sed le daré a beber del manantial del agua de la vida, sin que le cueste nada» (Apoc. 21:6). Esa es la verdadera fuente de la eterna juventud; y no tendremos que salir a buscarla, Dios la pondrá ante nosotras. Lo que tenemos que hacer es vivir esta vida de tal manera que nos asegure un lugar en la otra.

«Su cuerpo recobrará la salud y volverá a ser como en su juventud»

Job 33:25