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Cuando un «no» es un «sí»

«Ciertamente no me conviene gloriarme, pero me referiré a las visiones y a las revelaciones del Señor»

2 Corintios 12:1

EN 2 CORINTIOS 12 el apóstol habla de su privilegio de haber sido llamado por Cristo mismo. No obstante, Pablo no se jacta de ello. Para evitar el orgullo y la autoglorificación, Dios permitió en el apóstol un aguijón en la carne (vers. 7). Probablemente, Pablo se referia a algún problema físico evidente que le causaba considerables dificultades e
inconvenientes. Sin embargo, esa dificultad ayudó a ser totalmente dependiente de la gracia de Dios.

Por depender, en su fragilidad, del poder de Dios, él se consideraba fuerte justamente porque se sabía débil. En su ministerio, el apóstol supo lidiar con las fragilidades ajenas porque él era
consciente de las suyas propias. Esto lo ayudó a demostrar interés no por los bienes de las personas o por las ventajas de estar con ellas; Pablo aprendió a tener interés en el
bienestar de todos. Y en su interés, se preocupa por ayudar a resolver o evitar las peleas, las intrigas y el egoísmo que podía haber entre sus hijos e hijas en la fe.

Tres veces pidió Pablo a Dios por la solución a su «aguijón» (vers. 7), pero no tuvo respuesta (vers. 7-9). Y Pablo no era el tipo de adorador que oraba y, precisamente, no
obtenia respuestas. El oro, y la cárcel de Filipos temblo y el carcelero se salvó. El oro y 276 personas se salvaron de un naufragio increíble. Pero para su problema fisico oro
tres veces y las tres veces Dios dijo: «No».

¿Has pedido algo a Dios y parece que él guarda silencio? Como ningún otro, el silencio de Dios duele porque parece desinterés o indiferencia de su parte. Aber
Más allá de eso, tal vez haya algo peor: cuando Dios nos responde y dice: «No», Por eso, aquí entra en juego la fe.

Pablo comprendió que el “no” de Dios era un “si”. Entonces, fortaleció su dependencia del Señor, se hizo fuerte en la debilidad y comenzó a aceptar gozosamente las flaquezas, lo cual resultó una bendición para él, con la que pudo bendecir a muchos desde su propia experiencia.

Algunos dicen que «el que espera, desespera». No tiene que ser asi, si confiamos en quien está al control, Dios mismo. Sus silencios, sus noes y sus tiempos son siempre los
más adecuados y oportunos.

Miremos pues la vida con otros lentes los mismos que el apóstol tuvo que usar para fortalecerse en la voluntad de Dios y aceptarla, absvika «Cristo une con la Fuente del poder infinitoambiente al hombre caído, débil y desamparado» i storeon (El camino a Cristo, p. 20).

Es así como un «no» de Dios puede ser el «sí» más grande para tu vida.

Bruno Raso es un líder de destacada trayectoria, que ha servido como pastor distrital, administrador, evangelista y orador del programa "Reavivados por su Palabra". Actualmente se desempeña como vicepresidente de la División Sudamericana.