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Los 7 de la unidad

«Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación, un solo Señor una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, el cuales sobre todos y por todos y en todos»

Efesios 4:4-6

LA UNIDAD TIENE QUE estar centrada en Cristo y en su Palabra. Si la doctrina es la que nos divide y el amor es lo que nos une, por qué no ponemos a un lado la doctrina, y nos gozamos en el vínculo del amor? ¿Por qué no somos más abiertos?

El amor es un principio y es fiel. Si no, no es amor. La unidad basada sobre algo que no sea la verdad bíblica no se sostiene. Las siete realidades espirituales básicas de la unidad por la que Cristo oro son:

  1.  Un cuerpo. El cuerpo de Cristo del cual cada creyente es miembro desde el momento de la conversión (Efe. 4: 4,5).
  2. Un espíritu. El Espíritu Santo habita en cada creyente, de modo que nos pertenecemos mutuamente en el Señor (vers. 6).
  3. Una misma esperanza de nuestra vocación. El regreso del Señor para llevar a su iglesia al cielo. Cuando los novios, el Cordero y la iglesia, se unirán por la eternidad (Apoc. 19:7-9).
  4. Un Señor. El Dios hecho carne (Rom. 8:3, 1 Tim. 3:16), crucificado, resucitado, que hoy intercede por nosotros y que pronto vendrá, quien murió, vive y vendrá por nosotros (Rom. 8:27, 34). Reconocer el Señorío de Cristo es la base de la unidad. «Solo hay un Señor, solo una fe, solo un bautismo. Solo un Dios, que es Padre de todos, que todo lo domina, por medio de todos actúa y en todos vive» (Efe. 4:5, 6; LPH).
  5. Una fe, Cristo concedió su verdad a «la iglesia (…), columna y baluarte de la verdad» (1 Tim. 3:15), pero no legislamos que es verdad; así como no producimos pan. El pan está hecho, lo comemos y lo compartimos. La iglesia primitiva reconocía un cuerpo de doctrina que enseñaban, vivían y compartían
  6. Un bautismo. La Biblia dice que el hombre pecador necesita nacer de nuevo, por la Palabra, por el Espíritu y por el agua (Mat. 3:11; Mar. 1:8; Luc. 3:16; Juan 3:5; Hech. 11:16). El bautismo es la puerta de entrada al cuerpo de Cristo que es la iglesia
  7. Un Dios y un Padre. Reconocer a Dios como Padre nos provee una familia. Es un Padre no muchos padres. Jesús nos enseñó a orar «Padre nuestro» no «Padre mio Somos hijos de la misma familia, que amamos y servimos al mismo Padre, así que debemos ser capaces de andar en unidad.

Estos siete pilares protegen la unidad. Como los rayos de la bicicleta, cuanto más cerca del centro, más cerca estamos entre nosotros. Y así, unidos a Cristo y su Palabra, alcanzamos la verdadera unidad.

Bruno Raso es un líder de destacada trayectoria, que ha servido como pastor distrital, administrador, evangelista y orador del programa "Reavivados por su Palabra". Actualmente se desempeña como vicepresidente de la División Sudamericana.