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Alcanzando tus metas

“No digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante”

Filipenses 3:13

Algunos corredores aseguran que la llegada a la meta se lleva a cabo antes de la carrera; es decir, que es durante el tiempo de arduo entrenamiento cuando el atleta cristaliza sus pensamientos y da for­ma e imagen a su triunfo. Los mecanismos mentales activan el esfuerzo, au­mentan la energía, ayudan a superar los obstáculos y a experimentar un impulso para lograr lo que se desea.

Dios le dijo a Josué: “Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida: como estuve con Moisés, estaré contigo” (Jos. 1:5, RVR 95). Estas pala­bras no solo reforzaron la confianza de Josué en Dios; también lo motivaron a desarrollar un plan para lograr la conquista.

El relato bíblico lo confirma, al mencionar la orden de Josué a los oficiales del pueblo: “Id por el campa­mento y dad esta orden al pueblo: ‘Preparaos comida, porque dentro de tres días pasaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que Jehová, vuestro Dios, os da en posesión’ ” (Jos. 1:10, 11). Las indicaciones de Josué denotaban confianza en Dios, así como una confianza renovada en sí mismo y en sus recursos físicos, emocionales y espirituales.

Si eres joven, estás apenas en el punto de partida de la carrera de la vida. Es el momento de visualizarte triunfadora para la honra de Dios. Cristaliza tus pensamientos y mírate llegando a la meta, convertida en una mujer que muestre a las que vienen atrás que los deseos se alcanzan con la ayuda de Dios y con tenacidad.

Aprovecha el tiempo de acuerdo al ritmo con que te mueves en el día a día. Pule tus habilidades, trabaja en tus debilidades y desarrolla tus potencialidades. Pídele a Dios en oración que te ayude a establecer prioridades.

El sabio dice: “En este mundo todo tiene su hora; hay un momento para todo cuanto ocurre” (Ecl. 3:1). Aprovecha el aquí y el ahora; disfruta tu ju­ventud con sabiduría; no hagas nada que detenga tu paso a la meta propues­ta. Cuando te veas tentada a correr para vivir experiencias aparentemente emocionantes, detente y no te apartes ni a la derecha ni a la izquierda del camino que te has trazado con decisión personal y con la ayuda de Dios. 

Eres una princesa, hija del Rey de reyes. Estás destinada a vivir en el palacio; no permitas que nadie ni nada te impida llegar.

Erna Alvarado Poblete es licenciada en Pedagogía y Psicología educativa; tiene un máster en Relaciones familiares y estudios de postgrado en Desarrollo humano. Es conferencista y autora de varios libros, entre ellos Reflexiones para la mujer, de este mismo sello editorial. Aunque nacida en Chile, lleva cuarenta años viviendo en México.