“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias”
Colosenses 4:2
El Pr. Walter Weiss fue quien me llamó al ministerio cuando terminé la carrera de Teología; fue mi primer presidente, y guardaré siempre una inmensa gratitud y compromiso con él. No solo por el llamado sino por inspirarnos a un fiel y abnegado ministerio. Fue él quien escribió la historia de los orígenes del Instituto Adventista Balcarce, en la zona sur de la provincia de Buenos Aires, Argentina. En su libro Un gran desafío hecho realidad, cuenta los años de esfuerzos, luchas y perseverancia en oración.
Después de una búsqueda minuciosa y oración ferviente, se dio con lo que parecía ser la mejor opción. Para eso, había que entrevistar al ingeniero agrónomo Carlos Alberto Del Tortto. El cartel de entrada a la estancia decía “Piedra alta”.
El ingeniero quedó sorprendido por la idea de establecer un colegio adventista con internado. Él escuchó la palabra “adventista” por primera vez en su vida. Al final, tasó la propiedad en trescientos cincuenta mil dólares. Al otro día tenía que viajar a las islas del Pacifico Sur, así que pactaron la operación de venta para dentro de tres semanas.
Esos días fueron de intensa oración. Al reencontrarse, el dueño del terreno relató con asombro que en su viaje a las islas del Pacífico había conocido el Colegio Adventista del Fulton, en las islas Fiyi, y que vio allí a un coro, una orquesta y una banda de estudiantes interpretar muy buena música. Por esto, ofreció un descuento de cincuenta mil dólares.
La propiedad fue comprada, y se construyó allí el Instituto Adventista Balcarce, un colegio que sigue formando jóvenes para cumplir la misión. El pastor Heriberto Müller fue nombrado promotor y director del proyecto. Y fue este amigo, que hoy descansa en las promesas del Señor, quien perseverando en la oración, brindando un fiel y abnegado servicio y amando a la juventud, llegó a ser el primer director de la institución.
Pablo dice que debemos velar en oración. Es decir, persistir, continuar firmemente, atender continuamente y perseverar.
Elena de White nos dice que en algunos casos las respuestas a nuestras oraciones vienen de inmediato. Pero otras veces tenemos que esperar pacientemente y continuar rogando por las cosas que necesitamos. “Debemos perseverar en nuestras peticiones, aunque no obtengamos respuesta inmediata a nuestras oraciones” (Consejos sobre la salud, p. 377).
Dios quiere elevarnos y llevarnos a una “piedra alta”, porque el propósito de la oración perseverante no es que la voluntad del hombre se haga en el cielo, sino que la voluntad de Dios se haga en la Tierra.