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Un burrito privilegiado

«Yo estoy a tu puerta, y llamo; si oyes mi voz y me abres, entraré en tu casa y cenaré contigo».

Apocalipsis 3:20, TLA

Los burros son animales muy fuertes y, en los tiempos de Jesús, solo las personas que tenían mucho dinero tenían burros y los usaban para llevar cargas o como medio de transporte. Jesús y sus discípulos casi siempre caminaban.

Un día, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Vayan al pueblo y tráiganme un burrito que encontrarán atado, díganle a su dueño que Jesús lo necesita». Los discípulos volvieron con el burrito, lo cubrieron con mantas y Jesús subió sobre él. ¡Qué burrito tan privilegiado! Tuvo el honor de llevar a Jesús sobre su lomo.

Cuando llegaron a Jerusalén, vino mucha gente y comenzaron a adorar a Jesús; ponían ramas en el suelo para que Jesús y el burrito pasaran. Gritaban: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!». Lo trataron como un rey. ¡Qué privilegio tan grande también tuvo esa multitud que pudo ver y adorar a Jesús!:

Ser privilegiado significa que nos sentimos especiales por el trato que recibimos de parte de alguien. Tú también eres un niño privilegiado porque Jesús te ama y además te dio a tus padres para que cuiden de ti. Un día Jesús vendrá a buscarte y te llevará a vivir con él. ¡Qué gran privilegio!

Oración: Querido Jesús, gracias por amarme, eso me hace sentir muy especial. Gracias por ese privilegio.

Palabra que aprendimos hoy: Privilegiado.

¿Cómo estás? Yo soy Kathy, y escribí este libro para ti, que tienes entre 0 y 5 años. Lo hice para que disfrutes cada día con papá y mamá leyendo cosas maravillosas con las cuales aprenderás muchísimo. Y por supuesto, para que crezcas jugando, que sé que es lo que más te gusta. Cuando no estoy escribiendo libros para niños, yo me dedico a diseñar libros que hablan de Jesús.