«Yo, el Hijo del hombre, he venido para buscar y salvar a los que viven alejados de Dios».
Lucas 19:10, TLA
Las ovejas siempre están en grupo, les encanta compartir con sus compañeras, comer juntas y tomar agua juntas. Pero si escuchan un sonido extraño se asustan y corren por todos lados. Por eso algunas veces una ovejita se puede distraer, separarse de su grupo y perderse.
Jesús contó una historia de un pastor que tenía cien ovejas. Aunque eran muchas ovejitas, el pastor conocía a cada ovejita. Un día, cuando estaban todas descansando, el pastor comenzó a contarlas: «1, 2, 3, 4, 5, 6…» y cuando dijo «98, 99…» ¡se dio cuenta de que le faltaba una! Rápidamente llevó a las ovejas a un lugar seguro y se fue a buscar a la que se había perdido. El pastor buscó por todos lados.
A pesar de que hacía frío y estaba oscuro, no dejó de buscar. De repente escuchó un sonido: «Beee, beee». ¡Sí! Era la ovejita que lloraba muy asustada. El pastor estaba muy feliz porque la había encontrado. La tomó y la llevó en sus brazos.
Cuando Jesús terminó la historia, dijo: «YO soy el buen pastor». Eso quiere decir que él nos cuida y si un día te pierdes, no temas, Jesús te buscará y él te encontrará y te traerá en sus brazos de vuelta al hogar.
Oración: Gracias, Jesús, por ser mi pastor, por cuidarme y por la promesa de que si me pierdo me buscarás.
Palabra que aprendimos hoy: Buscar.