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Sin vuelta atrás

“Es imposible que los que una vez fueron iluminados, gustaron del don celestial, fueron hechos partícipes del Espíritu Santo y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero  […]”

Hebreos 6:4, 5

El sentido corporal a través del cual percibimos y distinguimos los sabores es el gusto. Pero también la gente siente gusto por la lectura, la música, ciertos trabajos o el deporte. Solemos usar como expresión sincera “¡Que gusto saludarte!” Decimos, además, que el gusto puede ser cultivado.

Pablo dice que quienes fueron iluminados por la presencia de Dios han gustado de tres “alimentos esenciales”: 

1-Gustaron del don celestial, el Espíritu Santo. El Espíritu y sus dones hacen posible la conversión, la fidelidad y el testimonio misionero. La iglesia crecía por los hechos del Espíritu Santo, que transformaban tanto la vida de los evangelizadores como de los evangelizados.

2-Gustaron de la buena palabra de Dios. Habían escuchado la palabra apostólica, admitieron su bondad, que transforma y llena de esperanza. Fueron testigos de la “buena” y poderosa Palabra del accionar divino.

3-Gustaron de los poderes del siglo venidero. Para ellos, la historia se dividía en dos. El siglo presente malo y el venidero; es decir, el cumplimiento de la promesa mesiánica. El Reino de la gracia aquí y el Reino de la gloria en la eternidad. Los poderes del siglo venidero son los poderes de aquel que vino a deshacer las obras del diablo. 

Quien gustó del don celestial de la buena palabra de Dios degusta los poderes del siglo venidero: hoy, como vencedor del pecado; y en breve, con una vida para siempre. La plena manifestación del Mesías ocurrirá cuando Jesucristo vuelva en gloria y majestad. 

Sin embago, Hebreos 6:6 dice que, más allá de estos beneficios, algunos recayeron. Esa expresión, usada una sola vez, significa “caer al lado”, “apostatar”, “ser infieles”. No puede ser que después de haber gustado y experimentado nos volvamos atrás. Para los cristianos de origen hebreo, su volver atrás significaba retorno al judaísmo. La cariñosa amonestación dice que es imposible salvarnos siguiendo nuestro camino y considerando que no pasa por el Calvario; por lo tanto, esto nos conduce a la muerte. El único camino al cielo pasa por la Cruz. No tomemos un camino paralelo, cercano, ni opuesto. 

Si ya gustaste, continúa. Si nunca probaste, prueba, porque es lo único que mantiene y perpetuará tu vida. No desestimes el eficiente y suficiente antídoto para el virus del pecado. El enemigo esta apurado para destruir; Jesús tiene prisa para salvar.

Bruno Raso es un líder de destacada trayectoria, que ha servido como pastor distrital, administrador, evangelista y orador del programa "Reavivados por su Palabra". Actualmente se desempeña como vicepresidente de la División Sudamericana.