Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza… nada sería imposible.
Mateo 17: 20, NTV
Una de las primeras cadenas comerciales de gran éxito en los Estados Unidos fue la tienda de cinco centavos. ¿Qué era una tienda de cinco centavos? Fue una idea nueva de una tienda en la que todo estaba a la venta por solo cinco centavos, similar a las tiendas de dólar de hoy en día. Ahora bien, puede parecerte sorprendente que se pueda comprar cualquier cosa por cinco centavos, excepto quizá caramelos, pero hay que recordar que en aquella época con cinco centavos se podía comprar todo tipo de cosas: chocolates, juguetes para niños o incluso alimentos básicos. En esos días, cuatro centavos eran alrededor de un dólar actual.
El 22 de febrero de 1879, Frank Woolworth abrió su primera tienda de cinco centavos en Utica, Nueva York. Por desgracia, la idea del señor Woolworth no funcionó demasiado bien ese primer año. La tienda fue una gran decepción. Después de las primeras semanas, las ventas llegaron a ser de 2.50 dólares al día. Finalmente, Woolworth trasladó su tienda a Lancaster, Pensilvania, donde resultó ser un verdadero éxito. Tal vez tú nunca hayas oído hablar de Woolworth’s, pero él fue el precursor de todas las tiendas de éxito que empezaron en alguna esquina de cualquier ciudad local. 7-Eleven es un buen ejemplo. El señor Woolworth llegó a crear toda una cadena de tiendas conocida como Woolworth’s, muy parecida a la actual Walmart.
El señor Woolworth empezó desde abajo y las cosas fueron muy difíciles durante un tiempo. Al pasar día tras día con esa pequeña campana en la puerta colgando en silencio durante horas, tal vez sus amigos finalmente le aconsejaron que empezara a empacar. Tal vez su familia intentó animarlo a entrar en otra línea de negocio. Tal vez volvía a casa desanimado cada noche, preguntándose si valía la pena el esfuerzo. Pero pensar en tener éxito lo animó a mantener su fe en la idea, y finalmente su negocio, antes vacilante, creció hasta convertirse en una empresa gigantesca y exitosa, que finalmente le proporcionó cantidades asombrosas de dinero. B!
Hoy, Jesús te invita a poner tu fe en él. Tal vez sientas que no tienes mucha fe y que la que tienes es muy débil, pero recuerda su promesa de que incluso un pedacito no más grande que un grano de mostaza, una de las semillas más pequeñas del mundo, es lo suficientemente grande como para que él lo transforme en una empresa grande y exitosa. ¡No te rindas!