Versículo para hoy:
¡Haz, pues, que tu padre y tu madre se sientan felices y orgullosos!
Proverbios 23:25
HACE MUCHO TIEMPO, los niños creían que una cigüeña los traía de París colgando de su pico, entre un pañal blanco, y los entregaba a sus padres. Creían esto porque las cigüeñas son madres ejemplares: cuidan a sus hijos con mucho cariño toda la vida. Hacen un enorme nido sobre los techos de las casas o en lugares altos, lo preparan y lo mantienen en buen estado. De esta forma, cuando sus polluelos crecen y emigran, los amorosos padres regresan al mismo nido. Lo más sorprendente es que los hijos cuidan a sus padres cuando ya están envejeciendo. ¿No te parece linda esta respuesta de amor de los hijos?
Rut era una moabita que se había casado con el hijo de Noemí. Al cabo de unos años, su suegro y su esposo murieron. Así, su suegra y a ella se quedaron solas. Noemí le pidió a Rut que se regresara con su familia, porque ella ya no tenía nada más que ofrecerle. Rut decidió quedarse con ella, en gratitud al gran amor y al conocimiento del verdadero Dios que Noemí le había dado.
Un día crecerás, tendrás un trabajo y una linda familia. Nunca te olvides de alegrar la vida de tus padres cuidándolos y proveyéndoles de sustento cuando estén ancianitos. Ellos ya lo hicieron. ¿Tú lo harás por ellos?
Oración: Querido Jesús, quita el egoísmo de mí y haz que pueda cuidar a mis papás aún cuando estén ancianitos. Amén.