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Primera Reimplantación Exitosa de un Miembro

Devocional adventista para adoslescentes 2022

Te alabaré, porque formidables y maravillosas son tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien.

Salmos 139: 14, RV95

¿Qué harías si perdieras un brazo? Tener un terrible accidente ya sería bastante malo, pero perder un brazo en el proceso ¡debe de ser horrible! Y eso es exactamente lo que le sucedió a un niño llamado Red Knowles, de Massachusetts, Estados Unidos, el 23 de mayo de 1962.

Red intentaba saltar a un tren de carga cuando fue lanzado contra un muro de piedra que le seccionó el brazo derecho a la altura del hombro, en un corte limpio. Se alejó de las vías, aturdido, pero pudo sujetar su brazo derecho dentro de la manga ensangrentada. El personal de urgencias no descubrió el alcance real de la lesión hasta que una ambulancia lo trasladó a Boston, al otro lado del río Charles.

Un equipo de doce médicos, dirigidos por el doctor Ronald Malt, se puso a trabajar inmediatamente para volver a unir el brazo seccionado. Todas las técnicas que utilizaron ese día se habían empleado antes, pero nunca para restaurar una extremidad entera. Los médicos rara vez tienen al candidato ideal para hacer algo así. Las condiciones tienen que ser las adecuadas antes de empezar, incluso antes de que comience el verdadero trabajo. Los médicos fijaron el hueso con un perno especial, reconectaron las arterias, sustituyeron cuatro nervios principales del brazo de Red y le injertaron piel y músculo. Luego, mientras esperaban a ver si la operación prosperaba, se sintieron aliviados al ver que la mano de Red recuperaba su saludable color rosado y al sentir el pulso en su muñeca. Era la primera reimplantación con éxito de un miembro humano en la historia.

El doctor Malt y Red Knowles se convirtieron en celebridades de la noche a la mañana. Durante las semanas siguientes, Red, que era jugador de las ligas menores, recibió recuerdos y cartas de jugadores de las ligas mayores de todo el país, y todo el país observó los progresos de Red. Unas semanas después de la operación, empezó a quejarse de un fuerte dolor en el brazo, ¡una muy buena señal! Al cabo de un año, Red podía mover los dedos y sentir si alguien los tocaba, así como las sensaciones de calor y frío. Por fin pudo doblar la muñeca y empezó a jugar en primera base, pero solo con su mano buena. Un año después, volvió a jugar al béisbol como antes, y tras cuatro años de recuperación, tenía uso completo del brazo y de la mano que había perdido.

Los cirujanos hicieron un trabajo increíble, pero el mérito es de Dios. Nuestra asombrosa capacidad de curación demuestra que realmente estamos diseñados de forma genial.

Bradley Booth ha enseñado en escuelas adventistas de los Estados Unidos, África, Rusia y Tailandia. Actualmente es el director de The Story Tellers Ministry, que ayuda a enseñar el arte de escribir historias antiguas que siguen siendo importantes hoy. La oración del Dr. Booth es que sus libros inspiren a los lectores a mantenerse de parte de Jesús tanto en los buenos como en los malos tiempos.