Versículo para hoy:
Entonces bendijo el séptimo día y lo declaró día sagrado, porque en ese día descanso de todo su trabajo de creación.
Génesis 2: 3
-¡ABUELITA, mira los pingüinos, nadan como si fueran unas flechas! – dijo Ada.
-¡Pero mira la manera en que caminan! -argumentó Susi-. Pareciera que van a una fiesta con esos trajes elegantes de blanco con negro.
-Así los creó Jesús, ¡siempre elegantes! –afirmó la abuelita.
-¡Ellos así podrían ir a la iglesia en sábado! ¿Verdad, abuelita? Porque cuando vamos a la iglesia es como si fuéramos a una fiesta -declaró Ada.
-Mis niñas, a la iglesia siempre debemos ir bien arregladitas, pues estamos ante la presencia de nuestro amado Jesús, quien creó todo el universo. Cada sábado es una fiesta, ya que celebramos su creación -dijo la abuelita-. Jesús bendijo al sábado, lo descansó y lo apartó como su día especial.
-¡Me gusta el sábado! Porque, además de reunirme con mis amigos de la iglesia, todos juntos alabamos a Jesús y estudiamos su Palabra -declaró Susi.
-Los sábados podemos realizar actos de bondad como Jesús hizo. Visitar a los enfermos, repartir revistas adventistas, invitar a personas a la iglesia, repartir comida a los indigentes, ir a lugares públicos para cantar y orar con las personas, etcétera -declaró la abuelita.
-¿Podemos ir este sábado a repartir pan y atole afuera del hospital? -preguntó Susi.
-Sí, también podemos cantar himnos -expresó la abuelita. ¿Quieres hacer lo mismo, querido amiguito?
Oración: Jesús, ¡gracias por el sábado! Ayúdame a tener amor por los demás. Amén.