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Cutucú

Devocional adventista para pequeños 2022

Versículo para hoy:

No hace falta que yo te acuse, pues tu propia boca te condena.

Job 15: 6

CUANDO ERA NIÑA, teníamos un periquito llamado Cutucú. Cuando llegó a la casa era pequeño; lo alimentábamos con semillitas de girasol, alpiste y avena. Le dábamos agüita con una jeringa. Cutucú fue creciendo con estos cuidados.

Un día escuchamos que mi mamá nos silbaba, así que fuimos de inmediato a donde se encontraba. Ella nos dijo que no nos había llamado, entonces nos quedamos pensando quién lo había hecho; nos dimos cuenta de que Cutucú había imitado el silbido de mi mamá. Desde ese momento silbábamos y cantábamos cerca de él. Cuando hacíamos esta acción, el ojito de Cutucú se dilataba y se contraía, como queriendo memorizarlo.

Ahora sé que los loros, en lugar de cuerdas vocales, tienen un órgano llamado siringe, que les permite producir sonidos complejos por medio de la vibración del aire que pasa a través de este órgano y una lengua larga.

Las palabras dicen mucho de quién eres y de todo lo que hay dentro de ti. Tienen un efecto en la vida de las personas a quienes se las dices. Por eso te recuerdo que tus palabras deben ser de bondad, de amor, de respeto, de ánimo, de bendición para las personas que te rodean, y no palabras de enojo, de tristeza y de dolor.

Que siempre tus palabras digan que eres un niño que ama a Jesús.

Oración: Querido Jesús, ayúdame para que mis labios siempre hablen de tu amor. Amén.

¡Hola! Soy Vanessa. ¡Me encanta trabajar con niños! Por eso soy maestra de primaria en una escuela de México. Espero que disfrutes cada día de las meditaciones de este devocional que he preparado con cariño para ti.