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La Bandera Tachonada de Estrellas

Devocional adventista para adoslescentes 2022

Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones.

Apocalipsis 15:3, NVI

La noche era fresca y lluviosa, y Francis Scott Key estaba en la cubierta de un barco británico ayudando a procurar la liberación de un prisionero estadounidense especial. La Guerra de 1812 estaba en pleno apogeo. En la costa, el Fort McHenry estaba siendo bombardeado por los buques de guerra británicos; sus cohetes iluminaban el cielo nocturno.

De vez en cuando, entre los destellos rojos de los cohetes, el señor Key podía ver la bandera estadounidense izada sobre los muros del fuerte. Sus colores ondulaban con la fuerte brisa que soplaba desde el océano, y Francis se preguntaba si podría aguantar la noche. ¿Resistiría el fuerte el constante bombardeo? ¿Caería finalmente la bandera, hecha trizas por las explosiones?

Al amanecer, Francis subió a la cubierta y vio que la bandera seguía ondeando sobre el fuerte. Sus estrellas azules y sus franjas rojas y blancas seguían ondeando a la luz del sol de la mañana, y el corazón del señor Key se hinchó de orgullo.

Corría el 14 de septiembre de 1814. El Fort McHenry había resistido la prueba de la batalla, y la bandera estaba allí para demostrarlo. Francis estaba tan inspirado que se sentó y escribió un poema que estaba destinado a hacer historia. La letra se ha convertido en una de las canciones más queridas en los Estados Unidos.

Amanece: ¿no veis a la luz de la aurora lo que tanto aclamamos la noche al caer? Sus estrellas, sus franjas, flotaban ayer, en el fiero combate en señal de victoria. Fulgor de cohetes, de bombas estruendo, por la noche decían: «Se va defendiendo!». ¡Oh, decid! ¿Despliega aún su hermosura estrellada sobre tierra de libres la bandera sagrada?

En 1931 se convirtió en el himno nacional de los Estados Unidos. Desde entonces, se enseña a los inmigrantes y a los niños en edad escolar y se canta en casi todos los eventos deportivos del país.

Un día, pronto, todos nos pondremos de pie sobre el mar de cristal y cantaremos un himno al Cordero, Juan lo vio en visión. ¿No te gustaría haber estado allí para verlo también?

El mar de cristal mezclado con fuego. Millones de fieles de pie sobre él, victoriosos sobre Satanás. Sus tentaciones son cosa del pasado. Todos están tan agradecidos, y ahora cantan un himno que se eleva a las alturas del cielo, dedicado a Jesús, el Cordero.

Bradley Booth ha enseñado en escuelas adventistas de los Estados Unidos, África, Rusia y Tailandia. Actualmente es el director de The Story Tellers Ministry, que ayuda a enseñar el arte de escribir historias antiguas que siguen siendo importantes hoy. La oración del Dr. Booth es que sus libros inspiren a los lectores a mantenerse de parte de Jesús tanto en los buenos como en los malos tiempos.