Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Salmos 19:1, RV95
El 25 de septiembre de 1992, la NASA lanzó una sonda espacial a Marte llamada Mars Observer. Era otra de las 49 sondas que se han enviado desde 1960 para ayudar a desarrollar el programa espacial. ¿El objetivo de la NASA? Averiguar si el planeta Marte puede albergar vida humana. Por desgracia, antes de que pasara un año, la NASA perdió el contacto con la sonda. A día de hoy nadie sabe qué pasó. Fue un verdadero golpe para todos los esfuerzos y el dinero que la NASA había invertido en el proyecto.
Se han producido innumerables películas e historias de ciencia ficción sobre la vida extraterrestre, y la mayoría se centran en el planeta Marte. De todos los planetas de nuestro sistema solar, Marte es el más intrigante y, en cierto modo, el más misterioso. ¿Sabías que, aunque Marte es conocido como el planeta rojo, en realidad no es rojo? Es más bien de color caramelo.
¿Sabías que Marte tiene el mayor cañón del sistema solar? Si el gigantesco desfiladero estuviera en la Tierra, sería tan ancho como la distancia de Los Ángeles a Chicago.
¿Sabías que Marte tiene el mayor volcán del sistema solar? El gigantesco cono tiene 550 kilómetros [341 millas) de ancho, y cubre un área del tamaño de Arizona. Pero eso no es todo: tiene casi 27 kilómetros (16 millas] de altura. Compáralo con el Everest, que solo tiene unos 9 kilómetros [5.5 millas) de altitud.
¿Sabías que Marte tiene casquetes polares como los que tenemos en la Tierra en los polos norte y sur?
¿Sabías que una nave espacial tardaría seis meses en llegar a Marte, pero la tripulación tendría que esperar un año y medio antes de regresar? Marte y la Tierra suelen estar bastante alejados en sus órbitas, pero cada dos años los planetas se alinean.
Dios creó nuestros planetas para que los veamos en nuestro cielo nocturno, pero debe de haberlos creado con algún otro propósito. Seguramente pretendía que tuvieran alguna otra función que la de ser meros cuerpos celestes orbitando alrededor del Sol. ¿Los creó, de hecho, con el plan futuro de que un día los habitemos, cuando la Tierra se quede sin espacio? Algún día se lo podremos preguntar a Dios mismo.