Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad se humilla y se arrepiente.
Salmos 51: 17, TLA.
Las personas humildes respetan a los demás y reconocen que hay otros que hacen las cosas mejor que ellos. Pero las personas orgullosas creen que son mejores que los demás y hacen a otros. sentirse mal.
Ser orgulloso no tiene sentido, porque Dios nos creó a todos, por lo tanto, somos todos hermanos y todos tenemos mucho valor.
Estos dos hombres están orando en el templo. Este de aquí es un fariseo, ha estudiado durante mucho tiempo las leyes de la Biblia. Mientras oraba, el fariseo miró al cielo, contento porque pensaba que era mejor que todos los demás.
Él no quiso aceptar que a veces hacía cosas malas. No confesó sus pecados. Él era tan orgulloso que miró al otro hombre con desprecio, como si fuera inferior a él.
El otro hombre de la imagen es un publicano. «<Publicano» era como se llamaba a los que trabajaban cobrando impuestos.
Mientras oraba, el publicano no quería mirar al cielo, porque tenía vergüenza, sabía que había hecho cosas malas y se sentía triste por haber ofendido a Dios. En oración le decía a Dios que lo perdonara y le ayudara a cambiar.
¿Cuál de las dos oraciones crees que agradó a Dios? Sí, la del publicano, porque fue humilde, reconoció que en ocasiones se había portado mal, y se arrepintió. Jesús quiere que seas humilde como el publicano.
Padre de amor, ayúdame a ser humilde cada día.
Actividad: Dramaticen diferentes acciones que muestren humildad.