Cuando Saúl se presentó en medio de todos, se dieron cuenta de que era muy alto.
1 Samuel 10: 23, TLA.
Materiales:
- Un espejo, papel y lápiz.
Hoy quiero hablarte de la identidad, que son todas las cualidades que tienes y que te hacen ser diferente a los demás. Vamos a verlo. Colócate frente a un espejo. Fíjate bien en el color de tus ojos y de tu pelo. Mira la forma de tu boca y de tu nariz. ¿Cómo es tu cuerpo? ¡Muy bien! Esa es tu identidad.
¿Recuerdas al rey que era el hombre más alto de todas las personas de su pueblo? Era el rey Saúl. Cuando el profeta Samuel le dijo que Dios lo había elegido para ser el rey, Saúl se sorprendió y le dijo al profeta que eso era imposible, porque su familia era la más pequeña. Cuando llegó el día de presentar a Saúl para que todos lo conocieran, no lo encontraron, él estaba escondido. Al parecer, tenía vergüenza.
Dios creó a todas las personas con una identidad diferente. Quizás tengas algunas cualidades parecidas a tu hermano, como el pelo, pero ustedes dos son diferentes en la forma de hablar. A algunos niños no les gusta su identidad y sienten vergüenza. Pero Dios quiere que seas feliz con tus cualidades y con la familia que él te dio.
Padre de amor, gracias por darme una identidad.
Actividad: Dibuja tu cuerpo y comenta con tus padres las cualidades que más te gustan y las que menos te gustan.