Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor.
Efesios 4: 2, NVI.
Jesús llamó a algunas personas para que fueran sus discípulos o seguidores. A Jesús no le importaba cómo se veían sus discípulos: si eran gordos o flacos, altos o bajos… Jesús tampoco se fijaba en si eran ricos o pobres.
Mira esta imagen, son los doce apóstoles y Jesús. Los doce apóstoles eran los discípulos más cercanos a Jesús. ¿Puedes decirme las diferencias que ves entre ellos? Pero ellos no solo eran diferentes físicamente, también eran diferentes en la forma de pensar y de ser. ¿Ves a este de aquí? Es Judas. Él creía que era el más inteligente de todos. Pedro siempre quería ser el primero. Y Juan tenía poca paciencia.
Muchos de los apóstoles de Jesús eran personas buenas, pero otros habían hecho cosas malas, como Mateo, que robó dinero a muchas personas. Jesús fue tolerante con todos, los aceptó a pesar de las cosas malas que hacían, los perdonó y los ayudó a cambiar. Jesús amaba a sus discípulos a pesar de que eran diferentes a él.
¿Conoces a algún niño que sea diferente a ti? Quizá dice palabras feas o no le gusta prestar sus juguetes. Debes amarlo y aceptarlo, así como Jesús te ama y te acepta a ti.
Padre bueno, ayúdame a amar a todos como lo hizo Jesús.
Actividad: A lo largo de esta semana, recuerda ser tolerante con las cosas que te molestan de lo que dicen o hacen tus hermanos y amigos.