Pero Daniel se propuso no contaminarse con la comida y el vino del rey, y pidió al jefe del servicio de palacio que no le obligara a contaminarse con tales alimentos.
Daniel 1:8
¿Sabes por qué los jóvenes decidieron no comer todo lo que se ofrecía en la mesa del rey? Porque querían darle todo el crédito de sus logros a Dios. El rey Nabucodonosor se proponía alimentar sus mentes con conocimiento en la universidad y sus estómagos con comida en el palacio.
Era natural que después de un tiempo, cuando el rey notara la sabiduría de ellos, se acreditara el logro. Pero Daniel y sus amigos sabían que la sabiduría que tenían venía de Dios. Además, comer según los consejos divinos iba a tener un impacto en su salud. Los jóvenes pusieron límites para recordarse que el crédito era de Dios.
La sabia decisión de ellos nos recuerda la relación que hay entre la salud y el rendimiento académico. Los jóvenes se destacaron en sus estudios y superaron diez a uno a sus compañeros. En otras palabras, si te gustaría que te vaya muy bien en tus estudios, debes cuidar bien de tu salud: comer lo que te nutra y no solo lo que te agrada. Tener hábitos de ejercicio y descanso apropiados también influyen mucho tu rendimiento escolar.
En el aspecto espiritual, la decisión de los jóvenes es todavía más importante. Recuerda que cada decisión del rey tenía la intención de que los jóvenes judíos se acostumbraran a la realidad babilónica y cambiaran sus costumbres por estas nuevas.
Por eso, desde el mismo primer capítulo del libro de Daniel, y a lo largo de todo el libro, encontramos una tensión que parecía ser sobre diferencias culturales, pero en realidad, se trataban de pruebas de fidelidad a Dios.
Así como los jóvenes fueron tratados muy bien en Babilonia, hoy el mundo puede tratarte bien. Sin embargo, como ellos, somos extranjeros.
¡Nuestro verdadero hogar está en el Cielo! No te acostumbres demasiado a este mundo. Mejor habla todos los días con Dios y acostúmbrate a su compañía.