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Tiempo de abundancia

Habrán de reconocer que yo, el Señor, estoy con ustedes, que yo soy su Dios, y nadie más. ¡Nunca más quedará mi pueblo cubierto de vergüenza!

Joel 2:27

Como vimos ayer, si el pueblo buscaba a Dios de todo corazón, podrían exclamar: “Alégrate mucho, tierra, y no tengas miedo, porque el Señor va a hacer grandes cosas” (2:21). A lo largo de la Biblia, los árboles, la vegetación y la tierra fértil son símbolos de las personas que permanecen fieles a Dios.

Una de las frases centrales de este pequeño libro es “el Día del Señor”, el cual se destaca como un día grande y terrible. Hoy nosotros lo entendemos como el día de la segunda venida de Jesús. Un día de gozo para quienes lo esperan, pero de juicio y perdición para quienes dejaron pasar la oportunidad de aceptar a Jesús como su Salvador.

La Biblia nos dice que, antes de ese gran día, el Espíritu Santo hará una gran obra en los corazones de las personas para que acepten a Dios. La Biblia también dice que el descenso del Espíritu Santo en las vidas de los creyentes tendrá un mayor alcance y será más espectacular de lo que fue en el Día del Pentecostés (si quieres saber cómo fue, lee Hech. 2).

El Espíritu Santo es un don especial del Cielo, pues nos da sabiduría para entender las Escrituras y nos ayuda a caminar con Dios cada día. Asimismo, el Espíritu Santo nos conduce al arrepentimiento, nos limpia de las impurezas de la maldad, produce buenos frutos en nuestra vida, nos concede dones para proclamar el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14 y, desde luego, nos mantiene sellados como propiedad de Dios.

De esa manera, podemos enfrentar las situaciones difíciles de la vida, las cuales solo podemos vencer con la compañía y la gracia de Dios. Invítalo cada día a que te acompañe y guíe.

César Sánchez Murillo es pastor y, actualmente, trabaja como editor y traductor en la editorial GEMA Editores, México. Le gusta mucho hablar de Jesús a los demás, leer y le encantan los deportes.