Sean bondadosos y compasivos unos con otros.
Efesios 4: 32, NVI.
Materiales:
- Sonido de niños riendo a carcajadas.
Mamá te pondrá un sonido, escucha con atención. Estás riendo, al igual que los niños del audio. Eso es porque la risa es contagiosa. Cuando tú te ríes, los que están a tu lado también comienzan a reírse.
¿Y sabes? La bondad también es contagiosa. Si tú eres bondadoso, tratando con cortesía y respeto a los demás, los demás también serán bondadosos.
El buen samaritano ayudó a un hombre que estaba herido en el camino; le curó las heridas y lo transportó en su burro a un lugar parecido a un hotel y cuidó de él. Un día, el samaritano tenía que irse de viaje, así que le dijo al empleado del hotel que por favor cuidara del herido, y que él le pagaría todos los gastos.
¡Qué bondadoso fue el samaritano! El samaritano contagió con su bondad al empleado del hotel y seguramente a otras personas que se estaban hospedando allí. Por eso Jesús contó esta historia, para contagiar de bondad a las personas que la estaban oyendo. Jesús quiere que seamos buenos unos con otros.
Cuando tratas a las personas con bondad, nace dentro de ellas un deseo de ser bondadosos también. Tu ejemplo los inspira, porque la bondad se contagia.
Padre, ayúdame a contagiar a todos mis amigos con tu bondad.
Actividad: Jueguen a contagiar al otro con bondad. Por ejemplo, tú serás bondadoso con mamá, ella lo será con papá. Luego papá será bondadoso con tu hermana.
